La expedición española a la antártida centra su acción en las Shetland del sur
Los temporales de viento y nieve que se desataron a partir del pasado 5 de marzo al atardecer han obligado a la goleta Idus de Marzo a refugiarse en la bahía Foster de la isla Decepción (Chile), por espacio de dos días. Vientos de 65 nudos (120 kilómetros por hora), ventiscas de nieve, visibilidad nula y temperaturas de unos tres grados bajo cero, hacen imposible que la expedición española vaya hacia la base estadounidense de Palmer, situada en la isla de Amberes, en el estrecho de Gerlache.
Para los veintitrés españoles que participan en esta primera expedición al continente blanco, la Antártida era ya una realidad el pasado 4 de marzo hacia el mediodía. Tras la proa aparecía la isla del rey Jorge, precedida por los primeros icebergs. Albatros, skuas, petreles y paínos en el cielo, bandas de pingüinos, algunas horcas y nubes aisladas de krill, en el mar, constituían una muestra significativa de la fauna antártica.Al atardecer del día 4 empezaron a soplar vientos duros del sector noreste, mientras en las aguas del océano Antártico aparecían los primeros growlers, masas de hielo de hasta dos toneladas que no son detectadas por el radar. Una ventisca de nieve, que redujo la visibilidad a menos de cincuenta metros, obligó a la Idus de marzo, ya caída la noche, a buscar refugio en la bahía Yankee, en las costas sur de la isla Greenwich.
Sin embargo, una vez dentro de la bahía, el viento arreció hasta alcanzar fuerza de temporal duro. Luego de una serie de maniobras, con el barco fondeado y el ancla garreando, la goleta lograba abrirse paso entre los hielos para arrumbar hacia la isla Decepción, quizá el refugio más seguro de las tierras antárticas.
Dos días en el cráter
La madrugada del 5 de marzo, la más larga y dura desde el inicio de la expedición, transcurrió por el canal de Bransfield, entre la península Antártica y las Shetland del sur. Tres tripulantes permanecían en la proa de la Idus de marzo para anunciar la presencia de los hielos, y la nieve caía insistentemente y cuajaba ya en la cubierta de la goleta.Equipos de tres personas desembarcaron en Caleta Balleneros, donde se visitaron las casetas abandonadas de la estación científica británica. Esta base dejó de funcionar en 1970, a raíz de las erupciones volcánicas y los movimientos sísmicos, que llegaron a provocar cambios significativos en la orografía de la bahía Foster.
Las bases científicas.
Hasta la fecha, la expedición española a la Antártida ha tenido que luchar contra las adversas condiciones climatológicas que, como ya se anunciaba, podrán motivar ciertas variaciones en la ruta prevista.En este sentido, la expedición no podrá ya adentrarse más allá del estrecho de Gerlache, y ha quedado anulada la visita a la base estadounidense de. Palmer en la isla de Amberes.
El campo de acción queda centrado, por lo tanto, en la isla Shetland del sur, donde los, científicos embarcados mantendrán entrevistas con personal especializado; y con objetivos de documentación, en las bases chilenas de Arturo Prat y Teniente Marsh, la estación científica polaca de Arctwsky y la base soviética Bellingshausen. Por otra parte, la expedición española llegará hasta el norte de la península Antártica, donde se visitará labase chilena de O'Higgins.
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