Divergencias en Bonn sobre la venta de Telefunken
La noticia sobre la boda de elefantes entre el consorcio francés Thomson-Brandt, que adquirió el 75% del capital de la empresa alemana Telefunken, ha sido acogida con alivio por los directivos de AEG (propietaria de Telefunken) y preocupación entre los obreros, que temen la pérdida de sus puestos de trabajo. Se espera que la Oficina Federal Antimonopolio acepte la forma del acuerdo entre Thomson y Telefunken y no ponga dificultades, como en el caso de la compra de Grundig por el consorcio francés, que llevaron al fracaso el intento.La noticia de la compra de Telefunken, que fue calificada por la Prensa, en la República Federal de Alemania, de "realizada con nocturnidad", saltó precisamente en el momento en que en Francfort se iniciaba la negociación del acuerdo sobre la insolvencia de la empresa madre de Telefunken, la AEG.
Para los directivos de AEG, la venta a Thomson de la Telefunken les quita una preocupación y se les facilita la labor de saneamiento del consorcio, que conserva un 25% del capital de Telefunken. Thomson lleva la propiedad y Telefunken conserva el nombre tradicional. Ayer comentaba en Bonn un vendedor: "Quién va a comprar un aparato que se llame Thomson. La gente sólo conoce Telefunken".
Entre los trabajadores de Telefunken en Hannover cunde el temor de que Thomson lleve a cabo una serie de despidos masivos. La empresa francesa tiene en la RFA fama de "asesina de puestos de traba o". Ante las cámaras de televisión, obreros y obreras se manifestaron ayer abiertamente, con frases como "estamos sorprendidos y atemorizados", "es triste que tengamos que pasar por esto", "yo trabajo aquí desde hace veinticuatro años, y ahora se me viene el mundo abajo", "es triste, muy triste, y precisamente ahora, después de las elecciones".
El jefe del consorcio AEG, Heinz Duerr, declaró en Francfort, que "la venta de Telefunken supone la eliminación de un factor grande de riesgo en la AEG". No se ha dicho nada sobre el volumen de la transacción, que se espera sea aprobada por los organismos alemanes.
