El Instituto Nacional de Industria puede hacerse cargo de Aluminio de Galicia antes de su eventual suspensión de pagos
La deuda de Aluminio de Galicia, SA, (Alugasa) con el grupo Aluminio-Alúmina Española puede superar los 5.000 millones de pesetas -es decir, más del capital social de la empresa-, y podría llevar a la sociedad a una eventual suspensión de pagos en los próximos días, según ponen de manifiesto fuentes familiarizadas con el laudo emitido por los árbitros que han intervenido en el conflicto entre las dos empresas. En la próxima semana, el Instituto Nacional de Industria (INI), como socio mayoritario del grupo ahora en suspensión de pagos, espera llegar a un compromiso con la firma Alugasa que permita una rápida reordenación del deficitario sector alumínico español.
Aunque ayer, un día después de emitirse el laudo, tanto el INI como ALUGASA preferían guardarse para sí su alcance exacto, algunas fuentes estimaban que el arbitraje (en el que han participado, entre otros, Fernando Suárez y Eduardo García Enterría) deja abierta la puerta a diversas interpretaciones, pese a que, en esencia, reconoce la existencia de una deuda de ALUGASA con Alúmina Española como resultado de la diferencia en el precio de la materia prima transformada que esta última sociedad entregaba a Aluminio de Galicia y el que ésta aceptaba como válido.A lo largo de los meses que duró este conflicto, la deuda con el grupo Aluminio-Alúmina Española podría haberse elevado a cerca de 5.000 mil millones de pesetas, aunque ayer fuentes de ALUGASA señalaban que no llegaría ni a la tercera parte.
El alcance exacto de la deuda -y, sobre todo, los términos contemplados en el arbitraje para el pago de esta deuda- se presenta como el factor decisivo en el desenlace final de la vieja pugna que mantenían el INI y la multinancional Alcan, como socios mayoritarios del grupo alumínico, y el holding estatal francés Pechiney, como principal accionista de ALUGASA. En medios financieros madrileños se aseguraba ayer que, dado el volumen de la deuda y la debilidad como sociedad de ALUGASA, las posibilidades de supervivencia de esta empresa eran mínimas.
Sobre esta base, además, se estaría planteando la estrategia del INI, que todavía no ha desistido de su vieja tesis de forzar a ALUGASA a un acuerdo que culminaría con la compra por el instituto de la sociedad a un precio simbólico.
Eje entre Madrid y París
En fuentes financieras próximas a ENDASA, la empresa a través de la que el INI participa en Aluminio-Alúmina española, se aseguraba ayer que la estrategia del INI -cuyo principal mentor parece ser Fernando Rubio, director financiero del holding público- incluiría la presentación de un ejecutivo sobre ALUGASA exigiendo el pago de la deuda.Este ejecutivo sería suficiente para forzar la suspensión de pagos, que daría pie a la búsqueda de un acuerdo posterior si es que el previo ha sido imposible.
El entendimiento entre el INI y Pechiney, que fuentes gubernamentales consideraban recientemente como la única solución al problema, y más después de la presencia de los respectivos partidos socialistas en el Gobierno de ambos países, es fundamental para el diseño de la solución global que requiere el sector español del aluminio en España.
Considerado éste como estratégico, pese al exceso de oferta del mismo que existe en el mercado mundial, la multimillonaria inversión realizada en el montaje en la costa lucense de San Ciprián del mayor centro integral de producción de aluminio en Europa Occidental ha generado unas pérdidas enormes para el sector público, que desembocaron el pasado septiembre en la presentación de supensión de pagos por parte de Aluminio y Alúmina española.
Solución definitiva
El pasivo exigible de ambas empresas se elevaba a casi 100.000 millones de pesetas, aunque podría ascender a 140.000 millones con el riesgo de cambio implícito en los créditos extranjeros.Directivos del INI aseguraron a los principales acreedores del grupo Aluminio-Alúmina, una vez presentada la suspensión de pagos del grupo, que se estaba preparando una solución definitiva para el sector del aluminio y que ésta estaría lista probablemente para antes del 30 de junio de este año.
El bosquejo de solución que ayer se aventuraba en medios solventes era el siguiente: adquirida ALUGASA a un precio simbólico por el Instituto Nacional de Industria (INI) y una vez que la empresa gallega se hubiese hecho cargo de una parte justa de las deudas contraídas por su participación en Aluminio-Alúmina, el sector público se convertiría en el principal dueño y único árbitro del sector alumínico en España y podría proceder entonces a reestructurarlo sobre unas bases más razonables y racionales que las existentes en la actualidad.
Esto implicaría la adecuación de la capacidad de producción a las verdaderas necesidades del mercado interno y, como máximo, a unas posibilidades limitadas de exportación. El cierre de numerosas instalaciones y el dimensionamiento del centro de San Ciprián se dan como un hecho cierto.
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