'Los amantes crucificados' un hermoso canto a la libertad
No son pocos los críticos que consideran Los amantes crucificados como la mejor película del cineasta japonés Kenji Mizoguchi, de quien recientemente hemos visto en televisión otras dos obras importantes, La emperatriz Yang Kwei-Fei y Cuentos de la luna pálida. La película de hoy data de 1954 y fue presentada en el festival de Cannes,del año siguiente, donde no obtuvo ninguna mención del jurado. En su lugar fueron galardonadas Marty de Delbert Mann y Continente perdido, de Enrico Gras; sólo se explica la ausencia de Mizoguchi en la lista de premios por haber sido Japón el país ganador de la Palma de Oro el año anterior con La puerta del infierno, de Kinugasa, que también vimos recientemente en televisión.Los amantes crucificados es, en opinión del comentarista japonés Akira Iwasaki "una película de corte clásico que no tiene equivalente en toda la obra de Mizoguchi. Aquí, el equilibrio es total, lo que no quiere decir que la película carezca de vitalidad: al contrario, en ella se siente la lucha apasionada de un individuo contra la sociedad".
Inspirada en un libro de Morizaemon Chicamatsu, autor que da título original a la película Chicamatsu monogatari, (Una historia de Chicamatsu), narra las desventuras de dos enamorados clandestinos que no disfrutaron de las mínimas libertades que su amor exigía. Durante el siglo XVII los adúlteros eran crucificados porque el honor de los samurais no toleraba la vejación de que su esposa prefiriera a otro hombre, pero en la defensa de tan bárbara tradición intervenían elementos políticos, económicos, intereses oscuros que nada tenían que ver con la honorabilidad. En este aspecto, Mizobuchi es diáfano.
La historia que nos cuenta se inicia con una serie de casualidides, de malos entendidos, de rumores e hipocresías, bien alejadas del pecado de amor; es en esa tela de araña donde los falsos culpables de adulterio descubren, mucho.después, la pasión que realmente les une. Pero su ira es previa y su, escándalo, por lo tanto, inocente. Huyen de la sinrazón en busca de la libertad. Se ahogaban en el reducido mundo familiar del importante impresor que trabaja casi en exclusiva para la casa real; huyen de su abuso de poder, de sus mentiras y represioness. Y una noche, perdidos en un lago y dispuestos a morir, se confiesan su amor en una de las más bellas secuencias de la película; descubren que aún tienen derecho a, la vida y que merece la pena rebelarse contra las absurdas nórrnas de su sociedad aunque mueran en el empeño.
Se entretiene poco Mizoguchi en definir las bases del drama que va a protagonizar su película. A los pocos minutos de comenzada la proyección el espectador que no se deje abatir por la dificultad de un cine poco conocido como es el japonés o por la torpeza del doblaje que imaginarnos similar al de las anteriores películas de Mizobuchi -hechos sin verosimilitud, ampulosos, sin dejarse sensibilizar por el timbre irrepetible de la banda sonora original- ese espectador descubrirá la importancia de una historia que se narra en términos lineales, en clave de melodrama, pero que encierra una de las más apasionadas defensas de la. libertad del hombre.
Los amantes crucificados se emite a las 21.35 por la primera cadena.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.