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Berlinguer, reelegido secretario general de los comunistas italianos al término de un congreso considerado de transición

Enrico Berlinguer fue reelegido ayer, por unanimidad, secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), en votación conjunta del nuevo Comité Central y del comité de control. Así quedó cerrado en Milán el XVI Congreso del PCI, que los observadores han calificado de transición. El documento final de la sesión fue aprobado por el pleno de delegados con sólo siete votos en contra, entre ellos el del filosoviético Armando Cossutta y nueve abstenciones. Previamente fueron rechazadas varias enmiendas que pedían la retirada de Italia de la OTAN.

"El Partido Comunista Italiano no cambia nunca espectacularmente de un día para otro; se dan pasos, en una dirección determinada hasta que termina cerrándose el giro". Tal comentario fue hecho a este enviado especial por un antiguo responsable de la oficina de Prensa del PCI cuando el congreso se encontraba en su mitad.Los partidos políticos que componen la mayoría gubernamental de centro-izquierda -Democracia Cristiana (DC), Partido Socialista (PSI), Partido, Social Democrático (PSDI) y Partido Liberal (PL)- comenzaron ayer a evaluar, lógicamente de manera distinta, las consecuencias de las decisiones congresuales.

Para democristianos y liberales se han dado algunos pasos adelante en la occidentalización del PCI, por los progresos logrados en su democratización interna, aunque no los consideran suficientes todavía. Los socialdemócratas, a su vez, dicen que si se confirman esos pasos puede iniciarse un diálogo fructífero, pero subrayan las importantes diferencias que aún permanecen entre ambas formaciones políticas. Algunos exponentes socialistas reconocen que ha habido un acercamiento entre los hasta ahora distanciados partidos de la izquierda.

Alternativa democrática

La cuestión de la perspectiva de una alternativa democrática a la Democracia. Cristiana y al sistema de poder que representa ha sido uno de los temas centrales del congreso.Sin embargo, sus contornos son aún imprecisos y, por el momento, Berlinguer se ha limitado a señalar a los socialistas (que gobiernan junto a la DC) que existen grandes campos donde se puede empezar ya a trabajar juntos, pero que primero tienen que decidir si están o no por esa alternativa, que el Partido Comunista Italiano considera imprescindible para salir adelante en la grave crisis económica italiana, la peligrosa existencia de fenómenos de disgregación social (crimen organizado, Mafia, Camorra) y el absentismo político y social extendido entre las nuevas generaciones.

Los socialistas parecen preferir, por el momento, guardarse su respuesta oficial al tema de la alternativa, pero coinciden en señalar que ha comenzado el deshielo entre PSI y PCI. Así, por ejemplo, lo ha señalado el vicesecretario socialista, Claudio Martelli, en unas declaraciones al semanario Panorama, donde afirma que "puede empezarse ya *a dialogar a través de revistas, clubes y centros de estudio".

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En política internacional, los comunistas han confirmado, e incluido en su documento político, su desenganche de Moscú con tonos menos agresivos, si bien se reitera la crítica- a la política de potencia de la URSS como factor agravante de la tensión internacional.

En los estatutos se mantiene el centralismo democrático, pero deja de ser considerado como un principio; así figuraba en los textos del anterior congreso, para convertirse sólo en un método. Ha quedado institucionalizada la unidad en la diversidad.

Evidentemente, no se trata todavía de la legitimización de las corrientes ("en el partido se puede producir un maremoto, - pero nunca corrientes" nos comentó una veterana militante comunista), pero sí se acepta el disenso, las opiniones diferentes, como enriquecedoras del patrimonio común".

El mismo análisis vale para la "transparencia en los debates" de los órganos directivos del PCI.

No se llega a la supremacía de los comités electivos sobre los ejecutivos, como pretendían los ingraianos, pero se refuerza el papel del comité central como un organismo deliberador y decisorio, que empieza a parecerse más a un parlamento del PCI.

Renovado el Comité Central

El comité central ha sido renovado en cuarenta de sus 177 miembros. Pero los cambios no son especialmente, significativos como para poder ver ya la dirección detoda esta serie de pasos adelante.Habrá que esperar a la reunión convocada para el día 14 en Roma, en la que serán elegidas la nueva dirección y la secretaría, para comprobar si la transición que ha abierto el XVI Congreso se encamina haicia un cambio y a qué ritmo.

La voluntad de ir más lejos en el debate existe en un amplio sector, que se reclama de Pietro Ingrao.

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