Información y seguridad

Las medidas de seguridad son extremadas y la capital india está prácticamente tomada por el Ejército. Los periodistas que, en número cercano al millar, asisten a la cumbre tienen limitada su área y no pueden entrar en el edificio donde se celebran las reuniones, lo que trata de suplirse informativamente con dos anodinas conferencias de prensa diarias y montañas de papel impreso.Los informadores tienen prohibido también el acceso a los hoteles donde se alojan las delegaciones, y todas las entrevistas con miembros de las mismas deben solicitarse por el conducto oficial de la conferencia, con, hasta el momento, escasas o nulas posibilidades de éxito. Estas medidas restrictivas se acentuarán aún más a partir del lunes, cuando empiece la cumbre propiamente dicha.

Mientras tanto, la policía busca con afán un lanzamisiles disfrazado de simple tubo de hierro. Al parecer, se trata de una sofisticada arma que ha sido diseñada de tal modo que puede ser desmontada fácilmente para pasar a convertirse, aparentemente, en un inofensivo tubo. El lanzamisiles buscado fue el que, al parecer, se empleó en el atentado de que fue objeto la Embajada norteamericana en la segunda quincena del mes pasado.

Algunos jefes de Estado se han traído a Nueva Delhi sus propios servicios de seguridad. Es el caso de líder iraquí Sadam Husein, quien ha viajado acompañado por alrededor de doscientos guardaespaldas. Este celo vendría provocado por la presencia en la India de unos 6.000 estudiantes iraníes, muchos de ellos enfervorizados militantes islámicos.

En total, van a ser desplegados en Nueva Delhi, ciudad de seis millones de habitantes, unos 22.000 hombres, de los cuales 2.000 serán soldados de elite de la fuerza indotibetana de seguridad de fronteras, quienes han tomado posiciones en la sede de la conferencia y en los hoteles donde se alojarán las diferentes delegaciones, encabezadas por jefes de Estado y de Gobierno.