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Las sombras del debate

( ... ) Por primera vez desde su victoria electoral, el PSOE podría encontrarse con una trampa de la que puede salir dañado para toda la legislatura. Por primera vez también, en tres meses, tenemos ante nosotros una verdadera oposición, que se ha revelado capaz de imponerse dialécticamente sobre el Gobierno. En segundo término reaparece, bajo la batalla parlamentaria, la cuestión de fondo: el Gobierno, sorprendido en un error, quizá irreparable, ha equivocado el nervio del problema. De lo que se trata no es de Rumasa ni de una confrontación política entre la derecha y la izquierda; se trata de saber si efectivamente el nuevo Gobierno va a garantizar y proteger un modelo de Estado de derecho de raiz europea. Se afirma que la oposición no quiere analizar la situación de Rumasa, donde todo lo tendría perdido. Pero, claro está, el Pleno del Congreso no ha sido convocado para juzgar a Rumasa, a la que sólo pueden condenar los jueces, sino para debatir la decisión del Gobierno. En la posible ilegalidad de la decisión está la trampa en la que se debate ahora el Gabinete socialista. Entretanto, es inútil provocar la discusion en tomo a Rumasa.El proceso desencadenado parece imparable: después de deshacer uno de los más grandes y controvertidos grupos financieros del país, se ha abierto en el seno del Gobierno una confrontación interna entre nacionalizadores y moderados, se ha impuesto la necesidadde dar una gran prueba de firmeza y se ha dado la versión de que las cosas se han hecho así para mostrar que el Gobierno gobierna.

Con la esperanza de que el español medio no se entere, se ha montado una gran operación de maquillaje informativo. Pero se ignora lo principal: los Gobiernos, las Bolsas, los circuitos de información, las grandes empresas y los centros de poder, de los que depende la economía, sí saben lo que ocurre.

, 3 de marzo

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