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El desenlace de la crisis de Rumasa

Pocas colas y nuevas cuentas corrientes, en el día de la reapertura, en solidaridad con la medida del Gobierno

Al reabrir ayer al público tras permanecer cerradas desde el jueves, no se registraron incidentes de consideración en la red de 1.200 oficinas propiedad de los dieciocho bancos de Rumasa. Las cautelas y preparativos adoptados funcionaron con eficacia y éxito, aunque la presencia de clientela fue ligeramente superior a la normal y hubo retiradas importantes de dinero, según fuentes de los bancos, que no se han podido cuantificar. Pero la afluencia de público resultó menor de lo esperado. Paradójicamente, la mayor inquietud fue causada en especial por las cuentas pertenecientes a entidades públicas, conocidas en la jerga financiera como las de los claveros.

Estas cuentas se denominan así por los altos funcionarios encargados de guardar tres copias de llave para abrir el cofre de su organismo. Actualmente, la mayoría de las entidades públicas, en vez de guardar el dinero de caja en cuenta corriente lo depositan en los bancos, donde si es a la vista se les paga el 0,10% reglamentado.Por haber centrado su atención en los claveros, distintos directivos del Banco Atlántico se mostraban ayer preocupados por la evolución de dichas cuentas. Uno de ellos declaró a EL PAIS que de ellas procedieron las mayores retiradas desde primeras horas de la mañana, informa Gustavo Matías.

Ante la paradoja de que ocurriera esto, mientras algunos particulares llevaran dinero líquido o de otras entidades, para mostrar así su apoyo a las medidas expropiatorias del Gobierno, los directivos del Atlántico realizaron gestiones ante representantes de distintos organismos. Pero, según uno de ellos, no se ha pedido a las autoridades que intervengan. Una de las cautelas adoptadas para lograr la normalidad tras el cierre consistió en que los equipos de dirección bajaron a los patios de operaciones. El objetivo era solucionar sobre el terreno los problemas y las autorizaciones necesarias, para no dar lugar a escenas violentas o de pánico que pudieran suscitar clientes nerviosos o remisos a la total garantía del Estado.

Para evitar una mayor afluencia y evitar así aglomeraciones, causadas por la coincidencia de la reapertura con el último día del mes, los bancos ofrecieron a las empresas servicios directos de entrega de nóminas directamente.

En conjunto, las mayores salidas de dinero se esperaban por esta vía y por la de la cámara de compensación bancaria, que pasa los talones y letras ingresados para su cobro en cualquiera otra entidad de ahorro. No obstante, los 18 bancos habían reforzado sus efectivos de caja, duplicando o triplicando el dinero disponible normalmente. No hay noticias de que en alguna de las sucursales llegara a faltar dinero efectivo.

Sí hay constancia de numerosas salidas de dinero superiores al millón de pesetas, aunque se carece de datos para determinar si fueron más importantes que las de ahorradores modestos. En la sede central del Atlántico, un cliente acudió a por sus ocho millones y medio, situados en cuenta a la vista. El jefe de área que le atendió en ventanilla le sugirió la posibilidad de extender un talón del Banco de España, para que no tuviera problemas en la calle. Pero el cliente insistió en que deseaba llevarse ya el dinero contante y sonante. Inmediatamente se le entregó su saldo en billetes de cinco mil pesetas, para que no pesaran ocho kilos.

Colas cortas, extratipos largos

A las nueve de la mañana, según impresiones recogidas en el recorrido por Madrid y noticias de Rumasa, las oficinas que más clientes tenían a la espera no pasaban de varias decenas. Entre ellos estaban quienes en días pasados se propusieron apoyar las medidas del Gobierno con la apertura de cuentas, aunque sea con poco dinero. Según fuentes de los bancos, ayer hubo aperturas con más de un millón de pesetas por cuenta, procedentes de traslados de otras entidades. Las encuestas radiofónicas ofrecieron el ejemplo de distintos trabajadores.Pese a que distintos bancos de Rumasa son conocidos en medios financieros como pagadores de tipos más altos que el resto, o "extratipos", tampoco habían trascendido hasta las ocho de la tarde incidentes relacionadas con dichas prácticas.

Los directores de los bancos -como se sabe, han sido cesados los consejos de administración y consejeros delegados sin poderes ejecutivos- tenían instrucciones para pagar los tipos de interés pactados, aunque resultaran superiores a la práctica habitual bancaria.

Normalmente, las operaciones remuneradas con fuertes tipos están situadas a plazos largos, por lo que es difícil la retirada inmediata pero los directores están facultados para atender todos los problemas que les presente la clientela.

Normalidad en Barcelona

La afluencia de público en las entidades bancarias ubicadas en Cataluña pertenecientes al expropiado holding Rumasa fue ayer de casi absoluta normalidad, según informa Anna Galcerán. Las operaciones de las cámaras de compensación de entidades como el Banco Atlántico y el Banco Condal "no han llegado al 70% de una cámara normal', según manifestaron los directivos de las entidades citadas, que ayer se mostraron optimistas por la reacción positiva del público.En Barcelona ciudad, los ingresos realizados en las oficinas del Banco Atlántico constituyeron el el 80% de los pagos, según manifestó a este diario el consejero delegado de la entidad, Josep María Chimeno. Germán Rabanal, director del Banco Condal, señaló que los ingresos equivalieron al 65% de los pagos.

Los resultados de las cámaras de compensación, que se conocieron ayer recogen las transferencias realizadas desde otras entidades bancarias de los pasados días 24, 25 y 26, fechas en que los bancos expropiados permanecieron cerrados. Este resultado, que no ha llegado al 70% de una cámara normal, es ya sumamente significativo, según el propio Chimeno, "porque el pánico se podía haber producido en los días en que los bancos permanecieron cerrados".

Sin embargo, aunque el director de Banco Condal, Germán Rabanal, reconoca la validez de este dato "como tendencia", informó que no se podrá analizar con auténtico rigor los efectos de la expropiación con respecto a la retirada de fondos hasta que no se conozca la cámara de compensación de hoy, que dará los resultados de las transferencias realizadas ayer. Ambos directivos, no obstante, se mostraron muy satifechos porque el pánico -"palabra que no habría ni que utilizar"- no se ha producido.

El Banco Atlántico decidió, no obstante, llevar el pago de las numerosas nóminas que tiene domiciliadas directamente a las empresas, con el fin de evitar aglomeraciones de público. "Estamos a final de mes y la formación normal de colas hubiese podido ser un reclamo negativo", señalaron fuentes de la dirección, que reconocieron "lo imprevisible de la situación".

La mayor parte de los clientes consultados por este diario se mostraron tranquilos y dispuestos a mantener la confianza en los bancos expropiados. Algunos incluso afirmaron estar más tranquilos porque "ahora nos respalda el Estado", pero otros, los menos, mostraron su disgusto por el procedimiento gubernamental.

Los directivos, por su parte, se mostraron tranquilos y, ante las llamadas de solidaridad de algunos de sus allegados, mostraban su sentido del humor -"ya ves, ahora somos funcionarios"-, entre otras cuestiones porque sabían ya entonces, mediada la mañana, que el pánico no se iba a producir. Los empleados bancarios han jugado el papel de la profesionalidad y se han prestado a dar todo tipo de explicaciones al cliente inquieto.

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