Torre Iglesias, por ejemplo
Si usted, por ejemplo, tiene un problema, lo más aconsejable es acudir a Manuel Torre Iglesias. No importa la naturaleza del problema: puede que su medio ambiente esté contaminado; que los perros del barrio ensucien sus alrededores; puede que no encuentre trabajo, que el mundo esté perdido o que lajuventud no tenga salidas. Lo importante es que exista el problema, porque, de lo contrario, no tendría razón de ser el programa de Manuel Torre Iglesias.Para que exista el problema son necesarios, al menos, dos requisitos: el primero, que exista algún órgano de la Administración competente en el asunto, porque la misión de este espacio de TVE es transferirlo; y segundo, que el problema pueda salir por la televisión, porque, al ser este medio la medida de la real¡dad, está claro que sólo TVE puede extender en el país el carné de persona con problemas.
Si además el ciudadano ha comprobado que su problema persiste pese a los esfuerzos del Parlamento, Gobierno, alcaldes, influencias de amigos y allegados, pólizas y suplicatorios, en tonces es candidato ideal para acudir a Manuel Torre Iglesias y a TVE: foro último de la democracia directa.
Los equipos de Torre Iglesias envían entonces las cámaras y micrófonos para retratar al ciudadano y a su problema in situ. Si las imágenes alcanzan proporciones de espectáculo televisual, entonces le trasladan a Prado del Rey, y allí el autor-director de Usted, por ejemplo, le expropia del problema, le toma confesión y, cargado con sus angustias, intercede ante el invitado de honor, el representante de la Administración, que, con mucho gusto, firma un compromiso de interesarse y resolver el caso del ciudadano.
Los sábados, entre las siete y las ocho de la tarde, los transmisores y repetidores de TVE se encargan de amplificar el problema y distribuirlo por todo el territorio del Ente Público. Torre Iglesias invoca repetidas veces la solidaridad desu público: "A vosotros, muchachos, juventud, a todos...", dice, y "a cualquiera que. tenga problemas, únanse, únanse, pueblos enteros, asociaciones de vecinos y vayan a donde tienen que ir". Para eso está Torre Iglesias, cuyo objetivo último es muy simple: "Vivir mejor gastando menos cuartos". Si el representante de la Administración divaga en torno a la sepiolita, Torre Iglesias le increpa cariñosamente, como hizo el sábado pasado con Lucio Pita, responsable de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid: "Que nos perdemos, Lucio".
Torre Iglesias ha incorporado algunos de los mejores recursos democráticos del medio a este programa, sucesor de Voces sin voz: las confrontaciones a golpe de martillo y cronómetro, al estilo de Jesús Hermida, que son la mejor de las economías posibles piara gestionar el debate en TVE y el acicate del premio, como en Un, dos, tres: millón y medio de pesetas que otorga el Ayuntamiento de Madrid, en combina ción con Torre Iglesias, para los proyectos que mejor solucionen hábitats deteriorados.
Televisión ha elegido muy bien a su intermediario. Los buenos oficios de los maquilladores y la propia fachada de Torre Iglesias hacen de este busto la imagen del hombre que, a fuerza de salir por la pantalla, no tiene ningún pro blema. Es bueno, por otra parte, que no se sepa nunca la exacta función que desempeña este intermediario: doctor, como en Escuela de salud; contestador del te léfono de la esperanza, como en Tiempo de vivir de RNE; aboga do, maestro, vendedor a domicilio, catequista, postulante de Domund o de la Cruz Roja, lim piabotas de Alfredo Amestoy, ex formidable de Alberto Oliveras filántropo o modesto empleado de RTVE, con una cuota de pantalla muy alta.
Se tutean, se dan las gracias; Torre Iglesias y el de la Administración salen con la conciencia tranquila de haber cumplido,con el deber y, antes de la despedida final, le dedican un disco al ciudadano y a su problema.
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