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Real Madrid y Maccabi cierran la temporada de grandes encuentros europeos en el Pabellón

Luis Gómez

LUIS GOMEZReal Madrid y Maccabi cierran hoy el capítulo de grandes encuentros europeos en el Pabellón. Los aficionados locales acudirán a las siete de la tarde muy entrenados ya en el deporte del sufrimiento en las gradas. Será, pues, su última cita con los sofocones, tal y como se desarrolla la presente edición de la Copa de Europa, sin duda, la más disputada e igualada de los últimos años. Como es habitual, Real Madrid y Maccabi se juegan un alto porcentaje de sus aspiraciones. El conjunto israelí, tachado de veterano, viene a Madrid a agotar su penúltima oportunidad de remediar su derrota en Tel Aviv ante el Billy de Milán. El Real Madrid tratará de superar su último trago en el Pabellón para iniciar su aventura italiana con posibilidades.

Los israelíes del Maccabi van a ser centro de gran atracción en el Pabellón de la Ciudad Deportiva, un interés que, al parecer y según los síntomas que muestra el movimiento del taquillaje, pueden superar al del conjunto soviético del TSSKA. El Pabellón se llenará y los aficionados acudirán a sufrir con el Real Madrid y a degustar, lo menos posible quizás, del juego americanizado del Maccabi, un conjunto todavía poderoso, todavía de renombre, aún con aspiraciones de llegar a la final europea, pero al que se empeñan en calificar como el más débil entre los cinco aspirantes. Y, razones momentáneas para pensarlo hay, según los resultados que ha cosechado el equipo. En principio, y atendiendo a la lógica, debería ser un conjunto menos problemático que el Billy de Milán, Ford Cantú y TSSKA.El Maccabi trae a Madrid su mejor banquillo, es decir los ya conocidos Williams y Perry, Berkovitz, Silver, Aroesti, Zimmermann, Lassoff, Mordechal, Kadman y Hershkovitz, jugadores que han llevado, en pocos años, el prestigio del Maccabi y del baloncesto israelí a la elite europea. Sin embargo, el equipo, que ha sufrido pocas variantes, tiene ante sí los malos presagios de quienes opinan que el cuadro es ya algo veterano y está falto de banquillo. De momento, ocupa el primer lugar de la clasificación general, con once puntos, pero no por ello es el mejor situado.

Los israelíes, pues, se juegan una parte de sus aspiraciones en Madrid, donde intentarán conseguir esos puntos a domicilio que necesitan. El Maccabi fue, hasta la penúltima jornada, el único equipo, excepción hecha siempre de un Cibona de Zagreb totalmente descartado y que no ha logrado un sólo triunfo, que no había obtenido una victoria fuera de Tel Aviv. No puntuar fuera era peligroso y de los isrealíes sólo se temía su fortaleza en Tel Aviv, donde estaban considerados como imbatibles en una cancha de gran presión ambiental. Los pronósticos se confirmaron e incluso el Maccabi logró su primer triunfo en Zagreb. Sin embargo, en la última jornada de la primera vuelta, el Billy de Milán, de forma sorprendente e incluso holgada, logró derrotarle en Tel Aviv. A partir de ahí, el camino hacia la final se ha vuelto tortuoso. Al Maccabi sólo le quedan dos canchas foráneas donde recuperar puntos, Madrid y Milán. Por ello, el encuentro de hoy ante el Real Madrid es de vital importancia.

Ultima jornada de sufrimiento

Para los aficionados madridistas hoy será la última jornada de sufrimiento en directo. Quiere decirse que, a partir de la semana próxima, el nerviosismo lo producirá la Televisión, porque el Real Madrid disputa su último compromiso serio de esta Copa de Europa en su cancha. Después del trago del Ford Cantú y de los sofocones ante Billy de Milán y TSSKA de Moscú, los aficionados locales deben estar ya curtidos para soportar con más estoicismo el encuentro de hoy entre Maccabi y Real Madrid. Porque una cuestión está clara y es que, tal y como se desarrolla esta Copa de Europa, la igualdad es tan notoria que Madrid y Maccabi se la juegan hoy, a pesar de que el conjunto madridista cuente con más posibilidades por el hecho de haber conseguido dos triunfos a domicilio. Aquél de los dos que salga derrotado dependerá ya totalmente de que terceros equipos obren el milagro.

Para Lolo Sáinz este encuentro frente al Maccabi remueve en su cerebro la derrota del Ford Cantú Esta temporada, el técnico madridista se ha llevado dos chascos que han roto su triunfalista, pero posibilista, planificación: las derrotas ante Ford Cantu y Barcelona. Si se hubieran ganado ambos encuentros, el Real Madrid jugaría hoy con la tranquilidad de ser campeón de la Liga española y con la responsabilidad de saber que, ganando al Maccabi en el Pabellón, se aseguraba prácticamente un puesto en la final de la Copa de Europa. Ambos contratiempos suponen que los jugadores madridistas tendrán tensión asegurada, al menos, durante un mes más.

Estos problemas, sin embargo, se compensan, al menos, con la ausencia de problemas físicos para afrontar el encuentro europeo de hoy. Lolo Sáinz podrá contar con todos los jugadores de su plantilla, en mejores condiciones que incluso frente al TSSKA. Pero, aún así, el partido puede hacer sufrir, aunque el técnico intentará dentro de lo posible que el equipo logre asegurar un resultado cómodo desde los primeros minutos, hecho que intentó ante los soviéticos, pero que no pudo consolidarse. Si no se consigue ante los israelíes, el sufrimiento está más que asegurado, y el drama a la puerta de la esquina.

Lolo Sáinz teme la experiencia y capacidad reboteadora del Maccabi, precisamente dos condiciones que se aúnan en los pivots israelíes y que aparecen muy difusas en los españoles. Fernando Martín y Romay son jóvenes, en comparación con sus rivales, y su juego todavía sufre ciertos desniveles que, en un partido de este tipo, pueden resultar claves. Romay ha mejorado partido tras partido y, ahora mismo, parece ser el que puede ofrecer un resultado más regular, en principio. Luego estará la eterna incógnita de la presente temporada: ¿Funcionarán bien los dos yugoslavos?. De su juego depende que el Real Madrid logre proyectarse en el marcador con más alegría, pero también se espera que Lolo Sáinz logre la fórmula táctica ideal para que ambos encuentren acomodo en el conjunto. Muchos aficionados han dejado de cargar toda la responsabilidad en posibles pájaras de los yugoslavos y empiezan a entender que tampoco el técnico ha acertado con el sistema más eficaz. Ellos y los pivots serán las claves del encuentro, salvo que, al final, los teóricos suplentes, es decir, los Brabender, López Ituarriaga y Rullán se vean obligados a salvar la papeleta con su concepto del contragolpe y el coraje en la cancha. De todas formas, el aficionado acudirá al Pabellón, a las siete de la tarde de hoy, con el ánimo ya preparado para sufrir.

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