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La falsa autocrítica de ETA

ETA Militar reivindicaba ayer, a través de Egin, la autoría del atentado a la central del Banco de Vizcaya, que ha costado la vida a dos trabajadores. Según el diario donostiarra, en la reivindicación se incluía una autocrítica pública por esta acción; autocrítica de la que en estos momentos desconocemos su contenido íntegro.En una priemera reflexión hay que hacer dos preguntas obligadas: ¿Por qué esta autocrítica? y ¿en qué medida es sincera?

ETA Militar y su círculo más próximo de colaboradores y simpatizantes no desconocen la profunda indignación que ha producido este atentado. Su impacto ha sido similar al que en su día produjeron los asesinatos de los trabajadores de Iberduero José María Ryan y Angel Pascual, por la fuerte conmoción que causó la explosión del artefacto que hirió gravemente a Alberto Muñagorri.

Es en este contexto en el que hay que situar esta pretendida autocrítica. Lo que ETA Militar calculaba iba a ser una victoria -un atentado en la misma central del Banco de Vizcaya- se ha convertido en uno de sus capítulos más negros.

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Su autocrítica pública pretende una doble función. Por un lado, quiere ayudar a borrar la mala conciencia que pueden tener algunos de sus militantes y muchos de sus simpatizantes por la muerte violenta de los dos trabajadores. Por otro, la autocrítica intenta dar una imagen pública de una organización que es capaz de reconocer sus errores en voz alta.

Sin embargo, dada la filosofía política y la práctica de ETA Militar, nuestra obligación es dudar de su sinceridad y descubrir el juego. Conviene recordar que el terrorismo no sólo es una escuela en el manejo eficaz de las armas, sino una cátedra en la utilización de la psicología de masas.

7 de febrero

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