El ala izquierda del PS portugués considera que la dirección del partido carece de una política coherente
El ala minoritaria del Partido Socialista portugués, situada a la izquierda de la actual dirección que encabeza Mario Soares, considera que el partido debe prepararse internamente y definir sus objetivos políticos antes de su probable regreso al poder, después de las elecciones legislativas del 25 de abril próximo. Este fue el tema central de la reunión en la que participaron, el pasado fin de semana en Coimbra, más de mil cuadros y militantes de la llamada minoría del partido, entre los que se encontraban muchos de los ministros de los Gobiernos presididos por Mario Soares en 1976 y 1977.
Sorprendidos por su propio éxito, ya que esperaban apenas quinientos participantes, los organizadores de la reunión de Coimbra no se detuvieron mucho tiempo sobre el análisis del largo conflicto que opuso desde 1980 el anterior secretariado nacional del PS a la nueva dirección vencedora en el congreso de mayo de 1981.
Con la proximidad de las elecciones, la minoría se declara dispuesta a colaborar con la actual dirección para asegurar la victoria y apoyar un futuro Gobierno socialista. Pero considera que el partido está mal preparado para dar una batalla electoral que la dirección no preveía y que ha cogido al Partido Socialista sin programa de alternativa y sin una política de alianzas definida.
Los minoritarios consideran que en estas condiciones el Partido Socialista corre el peligro de conseguir una victoria transitoria que podría ser anulada por un regreso en tromba de la derecha en las elecciones presidenciales de 1985. A nivel político, subrayan que el supuesto "realismo y pragmatismo" de la actual dirección esconde la ausencia de un programa y una política clara.
Opiniones encontradas
Entre las opiniones encontradas destacan las de los dirigentes, Jaime Gama y Víctor Constancio. Gama afirma que la gravedad de la crisis impide la formulación de promesas que no se puedan cumplir, mientras Constancio, que fue ministro de Hacienda de los Gobiernos Soares, responde que, aun en período de crisis, un programa de izquierda democrática difiere cualitativamente de las soluciones de derecha.Constancio, que es actualmente vicegobernador del Banco de Portugal, enumeró las grandes líneas de este programa de izquierda para los dos próximos años: pacto social entre organizaciones sindicales y patronales; lucha contra la fuga de capitales y la especulación, que considera responsables de la sexta parte del desequilibrio de la balanza portuguesa de transacciones en 1982; política de salarios y precios que asegure la justicia y la equidad en la distribución de los sacrificios pedidos a la población; moralización de la vida pública y combate a la corrupción; defensa de las relaciones de trabajo, de la libertad y la dignidad de los trabajadores en las empresas y control político del poder económico.
Pero, también a nivel interno, la minoría considera necesario un cambio "para hacer del Partido Socialista el verdadero partido del cambio". Francisco Salgado Zenha, que fue durante muchos años el número dos del partido socialista portugués, defendió que en la "democracia en formación" que existe todavía en Portugal, los socialistas no pueden contentarse con una victoria puramente parlamentaria, con una simple alternancia del personal político y de sus clientelas.
Es preciso, dijo, hacer del Partido Socialista un partido de masas capaz de llevar el cambio a todos los niveles y a todos los rincones de la vida nacional y para esto es necesario acabar con el "centralismo burocrático" de la actual dirección, con su triunfalismo y con la estrategia de concesiones y acuerdos sin principios con las demás formaciones políticas.
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