Walter Cronkite, el hombre más influyente de Estados Unidos
Walter Cronkite, que ayer llegó a Madrid para participar en el rodaje de una película sobre el libro 1984, de George Orwell -(véanse páginas de Radiotelevisión de esta edición de EL PAÍS), ha sido durante muchos años uno de los personajes más influyentes de Estados Unidos, e incluso se llegó a decir que era el más influyente de tan poderosa nación. Las razones de esa influencia se describen en este perfil.
And that's the way it is, la frase que inmortalizó Walter Cronkite durante sus 19 años al frente del informativo más importante de la televisión norteamericana, resume sobre todo el compromiso de un hombre dedicado toda su vida profesional a servir a la opinión pública de su país.El telediario de las siete de la tarde en la CBS, una de las tres cadenas nacionales de radiotelevisión privada en Estados Unidos y la que más tiempo ha encabezado la lista de audiencias, tuvo en Cronkite uno de los profesionales de mayor prestigio en el mundo de la comunicación electrónica audiovisual.
"Y así son las cosas", la traducción libre de su frase de cierre, resumía la labor diaria de un equipo de más de trescientas personas y 100 millones de dólares de presupuesto anual que el tío Walter como le llamaban cariñosamente los norteamericanos, dirigió durante 19 años ininterrumpidos obteniendo la mayor credibilidad que ningún periodista-director-presentador haya conseguido nunca en una televisión.
Ni una sola semana sin 'telediario'
Walter Cronkite se retiró el 6 de marzo de 1981 sin que el público norteamericano se hubiera cansado de él y sin que su informativo hubiera dejado de estar ni una sola semana por debajo del primer puesto de la audiencia, que, debido a su diversidad y al momento noticioso, oscilaba entre los treinta y los setenta millones de telespectadores.Hoy, a los 66 años, Cronkite se pasea por el mundo sin haberse separado completamente de la plantilla de la Columbia Broadcasting System (CBS) y trabajando en programas especiales, de aniversario o científicos, que fue dentro del periodismo su afición más particular.
Dentro de la más estricta defensa de la objetividad informativa del periodismo de los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos, Walter Cronkite representó la mejor utilización que de la imagen y la palabra se había conseguido en una televisión. Sin embargo, cuando en alguna ocasión se hacía necesaria la frase o la imagen editorial en su telediario, no dudó, con la independencia que le daba el pertenecer a una empresa privada, en utilizarla.
La prolongada intervención norteamericana en la guerra de Vietnam fue quizá el ejemplo más importante de su carrera en la CBS: su decisión de meter día a día durante años las escenas sangrientas de esa guerra en los hogares del país fue lo que más ayudó a crear una conciencia nacional antivietnam entre el público y los gobernantes norteamericanos. En algún momento de su presidencia, Lyndon Johnson Regó a comentar: "Si he perdido a Cronkite, he perdido a la clase media norteamericana".
En su historial de anchorman de la CBS están incluidos todos los momentos informativos mas importantes de las dos últimas décadas de la vida nacional e internacional: la carrera espacial, Watergate, Vietnam, Oriente Medio, etcétera. Nadie duda en Estados Unidos que la gran mayoría de los jóvenes de esta generación aprendieron con Walter Cronkite las más ilustradas, concisas y objetivas lecciones de la historia contemporánea.
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