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Las marcas mínimas para Los Angeles se mantienen en una línea conservadora

Las marcas mínimas de participación para las pruebas de atletismo de los próximos Juegos Olímpicos han acentuado la línea conservadora de los mismos. Estas mínimas no parecen estar acordes con la evolución del atletismo. En longitud masculina, por ejemplo, se sigue exigiendo la misma marca que doce años atrás. Prueba, también, de que las marcas siguen sin ser rigurosas es que veinte atletas españoles -al margen del lógico progreso- ya hicieron las mínimas la temporada pasada, sin que ello signifique que sean válidas, por cuanto que hay que realizarlas entre el 1 de julio de este año y el 15 de julio del próximo.

Los Juegos Olímpicos de la era moderna nacieron en 1896 con un espíritu abierto. La progresiva incorporación de nuevos países a esta competición hizo inviable que pudieran participar todos los deportistas que quisieran. La necésidad, además, de exigir un mínimo de calidad en los participantes de los deportes individuales obligó a que se establecieran unas marcas, de tal manera que si no demostraban ser capaces de hacerlas, no se les tramitaba la inscripción. Habían nacido las marcas mínimas que daban derecho a participar.El propio espíritu olímpico obligó, sin embargo, a cierta generosidad en la exigencia de las marcas. A los Juegos tenían que ir los mejores, pero también tenían que servir de oportunidad para que los menos brillantes tuvieran ocasión de competir junto a las grandes figuras. Y para que el abanico fuera aún mayor, se concedió la posibilidad, que todavía hoy se mantiene, de que un país pudiera enviar un atleta sin marca mínima en la prueba que no tuviera ninguno. De esta manera se conseguía que las puertas olímpicas no se cerraran a ningún país en una competición cuyo lema fue, y es, aunque cada vez lo consiga menos, suprimir las fronteras en el mundo.

Las marcas mínimas fueron siendo más rigurosas con la evolución del propio deporte. También experimentaron transformaciones con la llegada de nuevos sistemas de medición. El cronometraje manual dejó paso al eléctrico, aunque en Montreal y Moscú se consideraron válidos ambos tiempos, porque toda la diferencia quedaba enjugada si en 100 y 200 metros se sumaban veinticuatro centésimas al tiempo manual, y en 400, catorce.

Las pruebas femeninas se vieron más afectadas por los cambios. En pentathlon se adoptaron otras fórmulas de puntuación, con lo que las mínimas variaron, y ahora esta prueba ha pasado a ser heptathlon. Los 80 metros vallas se transformaron en 100 y también habrá nuevas pruebas -3.000 y 400 vallas-, que vienen así a sumarse al programa femenino, después de ir ganando pruebas en las últimas ediciones. La mayor progresión del atletismo femenino, en comparación con el masculino, ha provocado que sus mínimas no hayan alcanzado todavía un tono conservador.En la relación de mínimas que se exigen para participar en unos Juegos Olímpicos las pruebas de relevos y fondo no se ven afectadas. Son las propias federaciones de los países participantes las que marcan sus propios criterios para que acudan representantes en 4*100, 4*400, maratón y 20 y 50 kilómetros marcha. También pueden endurecer las marcas mínimas oficiales, al considerar que no tienen todo el rigor que cabría exigirlas para que la representación del país fuese digna.Las marcas mínimas para Los Angeles son menos exigentes que las establecidas para los campeonatos mundiales, cuya primera edición será este verano en Helsinki. También son sensiblemente menos rigurosas que las que exige la. Federación Española de Atletismo para pertenecer a la categoría. olímpica.

Topes al alcance de los españoles

Las marcas mínimas hay que realizarlas a partir del próximo 1 de julio. No obstante, el hecho de que en las listas de las mejores marcas españolas de la pasada temporada se encuentren veinte atletas que bajaran de esas marcas que conceden el pasaporte olímpico permite pensar que serán más de treinta los que estén capacitados oficialmente para acudir a Los Angeles cuando finalice el plazo.

Trabado, Pacheco, Benjamín González y Vera hicieron tiempos por debajo de la marca mínima olímpica en 800 el año pasado; Abascal, en 1.500; Mercedes Calleja y Pfiar Fernández, en 3.000; Prieto, en 10.000; Moracho y Sala, en 110 vallas; Alonso, Ruiz, Montserrat Pujol y Rosa Colorado, en 400 vallas; Domingo Ramón, Sánchez Vargas y Torres, en 3.000 obstáculos; Cabrejas y Moral, en altura, y Corgos, en longitud. Estos deben mejorar sus registros esta temporada, y a ellos deben sumarse más atletas, cuya categoría internacional es superior a los citados y que por diversas circunstancias no hicieron marca el año pasado.

Y en la relación de futuros olímpicos también tendrán sitio los marchadores y quizá algún maratoniano, ampliando las posibilidades también a la parcela de la competición femenina. Al margen de las propias limitaciones de participación que suele poner cada federación nacional -estar en forma, tener posibilidades de ser finalista-, están las propias establecidas por el Comité Olímpico Internacional. Un país no puede presentar, por ejemplo, más de tres atletas en una misma prueba. Por esta prohibición, atletas de gran calidad no pueden ser olímpicos, como es el caso de los vallistas estadounidenses o martillistas soviéticos. Enlel caso español, los atletas más afectados por esta normativa son los medio-fondistas.

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