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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Asistencia letrada al detenido

Me encuentro detenido, en situación de preventivo, desde el pasado día 22 de junio de 1982, en el Centro de Detención de Zaragoza.Espero que en el Consejo de Ministros de hoy, día 29 de diciembre, sea aprobada la remisión a las Cortes Generales del anteproyecto de reforma de los artículos de la vigente ley de Enjuiciamiento Criminal, y en particular de la propuesta de obligatoriedad de asistencia letrada al detenido desde el momento de la detención.

Quiero referir y llamar la atención sobre lo acertada que es la medida que el Gobierno, por medio del actual ministro de Justicia, desea sea aprobada, ya que mi caso particular puede dar una idea de su necesidad.

Estando hospñedado en un hotel de esta ciudad, recibí la visita de la Policía Nacional, invitándome a acompañarlos a la jefatura, por existir contra mí una orden judicial, de busca y captura del año 1979; personado en la jefatura y ya dentro de uno de los despachos, me fue leído un télex, el cual decía estaba reclamado por orden judicial de fecha marzo 1979.

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Como eran las seis de la tarde, no podían confirmar con la autoridad judicial hasta el siguiente día, ya que la orden era de otra provincia, lo que obligaba a ingresarme de inmediato en los calabozos de la citada jefatura; entonces me presentan un impreso, el cual desean sea firmado por mí y cuyo contenido es, aproximadamente, que no deseo asistencia de abogado, a lo cual me opuse, diciéndoles que sí quería un abogado, pero que, al encontrarme fuera de mi lugar de residencia, por motivos de mi profesión, no conocía a ningún letrado en ese momento.

El oficial de la jefatura me dijo que firmara, pues era un trámite que tenía que efectuar, pero que no me preocupase, pues al día siguiente era desruido. Entonces, con más razón me oponía, pero pensando que mi actitud podría serme perjudicial en esos momentos, accedí a firmarlo, pero con otra firma diferente a la mía.

En resumen: ¿cómo después de casi cuatro años de democracia se puede seguir actuando de tal forma? Pero lo peor ha sido que al ser ingresado al día siguiente en este centro, me encuentro como si hubiera retrocedido en el tiempo, ya que aquí, desgraciadamente para el interno, no se ve nada que indique que tenemos una democracia constitucional. / José María Guisado.

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