Los cuatro panaderos y un cocinero de la Modelo se fugan junto con otros seis reclusos
Once reclusos se fugaron ayer por la mañana de la cárcel Modelo de Barcelona mezclándose con los familiares que estaban de visita, después de acceder a una dependencia del recinto exterior por un túnel excavado desde la panadería del centro. Un funcionario, que sospechó alguna anormalidad al ver al grupo franqueando la puerta principal, dio el grito de fuga y un centinela pudo detener, hiriéndole en una pierna, al último de la comitiva. Los diez restantes, entre ellos los panaderos y el cocinero, se mezclaron con los transeúntes.
Los cerebros de la operación son, según todos los indicios, Aurelio Castillo Cruz, Francisco Morales García, Vicente Griñán Morales y Ramón Muñoz Flores, reclusos que gozaban de la confianza del director, por lo que estaban al frente de la panadería de la cárcel. Los cuatro panaderos trabajaban todas las noches desde la una hasta las siete, momento en que se sirve el desayuno a los presos, sin mayor vigilancia que alguna visita rutinaria del funcionario de turno.Esto les permitió trabajar durante dos noches en la perforación de un pequeño túnel de seis metros de longitud y 34 centímetros de diámetro, que les franqueó el acceso a una caseta de Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA), situada en un patio exterior. La peligrosidad de la estancia, desde donde se distribuye la energía a todo el recinto penitenciario, hace que sólo sea abierta por los propios empleados de la compañía.
Los cuatro panaderos perforaron la galería sin dificultades ayudándose con utensilios de cocina y con las propias manos, camuflando la tierra extraída con los sacos de harina de que disponían y formando con ella una masa que adherieron a las paredes del horno. Alrededor de las 11.30 de ayer se introdujeron en el túnel, sumándose al grupo otros siete presos, la mayoría de los cuales gozaban también de destinos de confianza: Conrado Martínez Barba, cocinero general; Antonio Peregrina Peregrina y Angel Vilches Landete, pintores generales; Antonio Jiménez Sánchez, adscrito a desinfección; y Pedro Martínez Sánchez, Giusseppe Falconi Franco y Fluvio Alberto Leone.
Los once reclusos abrieron la puerta del transformador de FECSA y se mezclaron con los familiares que se encontraban de visita. Un funcionario se extrañó al ver al grupo saliendo del transformador, por lo que interpeló a uno de ellos que aseguró que era empleado de FECSA. El funcionario se percató de que llevaba tierra húmeda adherida a la ropa, corrió al transformador y dio el gritó de fuga. Antonio Jiménez Sánchez echó a correr, siendo alcanzado en un muslo por el disparo un centinela de la puerta principal, mientras que sus compañeros se confundían con los transeúntes de la calle Entenza.
Todos los fugados se encontraban en régimen preventivo, pendientes de juicio, excepto el herido, que tenía ya sentencia en firme. Bartolomé Moreno, director responsable de la cárcel, aseguró ayer que los evadidos no son delincuentes peligrosos y que su conducta en el centro había sido buena, razón por la que se les destinó a puestos de confianza en dependencias próximas al recinto exterior.
"Los evadidos han traicionado mi confianza", explicó, "pero no por ello voy a cambiar mi política progresista, de respeto absoluto a los derechos humanos de los reclusos y de humanización y flexibilización de las normas". "No pagarán justos por pecadores", concluyó el director. En la Modelo, había ayer 1.970 internos, antes de la fuga, de los cuales casi doscientos gozan de destinos de confianza.
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