Aumento de las ventas de automóviles en EE UU

El sector automovilístico estadounidense ha empezado 1983 con optimismo, ya que las tres empresas más importantes del sector han aumentado conjuntamente sus ventas en un 10,5% durante los primeros diez días de enero, continuando así una tendencia a la recuperación que comenzó el pasado octubre, ha informado el New York Times. Las ventas conjuntas en General Motors, Ford y Chrysler supusieron un total de 108.348 unidades durante el período mencionado (98.039 unidades en el mismo período de 1982).Este aumento se atribuye, en gran parte, a los programas de subvenciones de las tasas de interés patrocinados por las principales compañías automovilísticas a lo largo de los últimos meses. General Motors, Ford, Chrysler y American Motors ofrecen financiación a los nuevos compradores a un interés anual del 11,9%. El aumento se achaca, además, a las subidas de precios relativamente modestas de los modelos para 1983.

Descenso en Chrysler

Durante los diez primeros días de enero, Ford aumentó su venta en un 33,3% (22.709 coches en comparación con los 17.033 vendidos en el mismo período de 1982); General Motors, en un 9,9% (72.849 coches frente a los 66.281 vendidos en 1982); Chrysler, sin embargo, sufrió un descenso del 13,1% en las ventas (12.790 coches en comparación con los 14.725 en 1982).Aunque los fabricantes automovilísticos norteamericanos se enfrentaron en 1982 al nivel más bajo de producción desde finales de los años cincuenta, las acciones automovilísticas experimentaron un fuerte impulso en la bolsa. La evolución más espectacular fue la de Chrysler, cuyas acciones se revalorizaron casi en un 500%. Esta evolución resulta paradójica, a la vista de la profunda crisis en que se encuentra la industria automovilística desde mediados de 1979. En los años 1980 y 1981 las pérdidas conjuntas de General Motors, Ford, Chrysler y American Motors superaron los 5.500 millones de dólares.

En 1982 el sector presentó un ligero balance positivo, gracias a General Motors, mientras que Ford y American Motors permanecían en números rojos y Chrysler se vio arrastrada a la misma situación por la huelga de sus factorías canadienses.