Romà Cuyàs intenta ser hoy presidente del COE
Romà Cuyàs, secretario de Estado para el Deporte, intentará salir elegido hoy presidente del Comité Olímpico Español y reunir así en su persona los dos cargos más importantes del deporte español. Necesitará para ello reunir la mayoría de votos de entre los 105 miembros que tienen ese derecho.
Previamente habrá sido presentada su candidatura por, al menos, 20 firmas. Sin embargo, en esta su primera actuación pública, tendrá un opositor, Jaime López Amor, ex director general de Deportes. El interés de Romà Cuyàs por ocupar ese cargo solo parece ser bien visto desde el Comité Olímpico Internacional. La expectación es grande por comprobar cómo será tratado un hombre nombrado por un gobierno socialista en un organismo en el que abundan personalidades de ideología muy opuesta.La celebración del pleno del Comité Olímpico Español, a partir de las cinco de la tarde de hoy, se contempla con gran interés y no disimulada expectación, en una jornada con un calendario muy apretado.
Pero el morbo, para muchos de los asistentes, estará en comprobar si Romà Cuyàs sale o no victorioso de su primera batalla ante el mundo federativo, si sale perdedor, caso que le dejaría en muy mal lugar, o si bien los hechos se limitan a un cierto voto de castigo. Porque un dato estaba muy claro: Romà Cuyàs sólo concretó, nada más llegar al cargo, que deseaba ocupar la presidencia del COE, aun a pesar de que esa unidad fuera criticada siempre por el PSOE.
Estas iniciales intenciones fueron puestas en marcha de inmediato y el nuevo secretario de Estado para el Deporte precipitó la celebración de un pleno del Comité Olímpico, con improvisación de un orden del día, y asegurándose la dimisión de Jesús Hermida. En este sentido, la celeridad que Cuyas imprimió en todas las gestiones encaminadas a su planeada toma de posesión como presidente del COE rompió la estrategia que el PSOE tenía inicialmente diseñada para este organismo dentro de su programa de gobierno, y en el que no entraba la "toma" de dicho cargo en una primera fase. Romà Cuyàs arguye que esta dualidad de cargos en una sola persona es conveniente en una situación excepcional como es la de la defensa de una candidatura olímpica para una ciudad española, como es el caso de la posible celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona.
Toda esta estrategia, que en principio tendría que ser llevada a cabo con tanta facilidad como en épocas anteriores, se ha encontrado con un obstáculo: la candidatura-oposición de Jaime López Amor, ex director general de Cultura Física y Deportes. Los hechos se han desarrollado de tal manera que López Amor se presenta como un candidato al cambio, opuesto a que se repitan prácticas pasadas que, sin embargo, también se sucedieron en su persona, hecho que reconoce. López Amor se manifiesta molesto por las presiones que se han detectado para la celebración del citado pleno y busca interponerse en lo que intenta ser una cómoda toma de posesión. Su candidatura sólo ofrece la duda de si será capaz de reunir las 20 firmas necesarias para obligar a la votación, segunda fase en la que contaría con mayores probabilidades, amparado en que, entonces, el voto será secreto.
105 miembros, de los 108 de que consta la asamblea del COE, tienen derecho a voto. A Romà Cuyàs se le dan como fijos los representantes del COI, dos, los presidentes de Federaciones, en este caso por lo que suponga de presión la posterior confección de los presupuestos en la que se puedan agradecer o reprochar servicios prestados, y el grupo catalán del COE que lidera Miguel Company, presidente de la Federación Española de Vela. Hay luego un extenso número de miembros sobre los que no se conoce su intención de voto y, en este terreno, podría tener cierto poder de atracción la candidatura de López Amor, más conocido que Romà Cuyàs, y también con mejores relaciones que él en estos momentos. Tampoco es descartable el hecho de que al ser Cuyàs cabeza visible de la nueva administración socialista sea contestado, sin más, por aquellos miembros del COE cuya identidad política sea muy opuesta.
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