"Tenemos que conseguir que el pueblo quiera a su Ejercito" dijo el general Ramon Ascanio y Togores
"Lo que tenemos que conseguir no es que el pueblo admire a su Ejército, sino que lo quiera. Hay que conseguir el afecto, el cariño, la fraterna atención del pueblo español hacia sus soldados", dijo el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Ramón Ascanio y Togores, en el acto celebrado a mediodía de ayer en el palacio de Buenavista con ocasión de la Pascua Militar, bajo la presidencia del titular de Defensa, Narcís Serra. El ministro socialista acudió previamente acompañado de altos cargos de su departamento y del presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Alvaro Lacalle Leloup- a los cuarteles generales del Aire y de la Armada para felicitar en su nombre y en el del presidente del Gobierno a los mandos y comisiones militares convocadas al efecto en representación de las Fuerzas Armadas.
El general Ascanio en su alocución se refirió "a la conciencia que tenemos todos de que nunca ha estado más pendiente el pueblo español de sus Fuerzas Armadas que hoy. Esto, aunque algunos opinen lo contrario, no es un mal, sino más bien un compromiso que nos obliga más cada día a ajustar nuestra conducta personal a la de ese militar ideal que cada español tiene en su mente". Indicó que los mozos no deben ir al Ejército con miedo, sino con la alegría de los que saben que cumplen un deber ciudadano, un deber serio, honrado, eficaz. Para lograrlo recomendó a los militares una actitud por encima de toda política, su identificación como garantía del orden constitucional y la profesión del honor en todas y cada una de sus acciones.Trazó un rápido balance de las acciones llevadas a cabo en 1982, entre las que mencionó el progreso del plan META (Modernización del Ejército de Tierra), que completa la base de la nueva estructuración orgánica y funcional del Ejército, la revisión del objetivo de fuerza según las disponibilidades de la ley de 7 de junio sobre Dotaciones Presupuestarias para Inversiones y Sostenimiento de las Fuerzas Armadas, la creación de la Escuela de Informática del Ejército y el desarrollo normativo de la clasificación de mandos y regulación de ascensos en régimen ordinario. Consideró lógico que las innovaciones introducidas hayan traído a muchos alguna inquietud, "pues como vieja institución que es el Ejército, todo cambio se recibe con una prudente reserva".
Potenciar la base de Rota
En el cuartel general de la Armada los informadores sólo pudieron seguir el desarrollo del acto desde un lejano pasillo, porque las invitaciones oficiales previstas eran exclusivamente para los representantes de la televisión y de algunas agencias de noticias.El almirante Saturnino Suanzes, jefe del Estado Mayor de la Armada, aprovechó el acto para dejar oír su voz "dentro del marco de las responsabilidades que me asigna la ley" en favor de la condición eminentemente marítima de España, que ilustró con el dato de que el 92% de nuestro comercio exterior se ha movido por vía marítima. Inmediatamente señaló que más del 50% de la fuerza naval que tendría que proteger en tiempo de guerra este tráfico vital, o darle en tiempo de crisis el necesario respaldo "disuasorio", son unidades que han rebasado con creces los veinticinco años de vida, cifra anormal en cualquier marina occidental.
En el control efectivo del Estrecho. y de los triángulos Mediterráneo y Atlántico que constituyen sus accesos, dijo el almirante, radica nuestro peso específico a escala mundial y la seguridad de nuestras fronteras marítimas y provincias insulares, sin olvidar que si los españoles dejamos un vacío de poder en estas aguas que nos son vitales no faltará quien intente llenarlo a nuestra costa. Partidario de la aplicación del principio de Arquímedes, Suanzes adelantó que se han empezado a tomar medidas para potenciar la base naval de Rota en orden a que pueda prestar el apoyo logístico y operativo a las unidades del Grupo de Combate, del Mando Anfibio y del Tercio de la Armada. Mencionó otras medidas encaminadas a lograr que las unidades estén dotadas al ciento por ciento, que los cursos duren lo que realmente tengan que durar, y que exista mayor permanencia en los destinos, incluidos los mandos de buques y aeronaves. El jefe del Estado Mayor expresó su preocupación de que la Armada pueda sufrir, por exceso de burocracia en organismos ajenos a ella o por el intento de traspasar la barrera de lo que realmente es unificable, una pérdida de agilidad en su toma de decisiones orgánicas, logísticas, operativas o económicas. Resumió la actividad de la fuerza naval durante 1982 con treinta ejercicios tácticos de unidades colectivas y veintidós combinados con marinas extranjeras, un promedio de setenta días de mar en cada buque y de 1.050 horas de inmersión de los submarinos. Sin ninguna referencia al Gobierno, el almirante terminó rogando al ministro que hiciera llegar al Rey el sentimiento de inquebrantable lealtad que los hombres de la Armada profesan a su persona y al mejor servicio de España.
Desafortunados repartos presupuestarios
El general Emilio García Conde,jefe del Estado Mayor del Aire, empezó sus palabras con una referencia amla crisis mundial de signo escatológico y milenarista y con alusiones a las organizaciones internacionales con poder de destrucción y desmoralización multiplicado por la publicidad que alcanzan sus acciones. Frente a estas descripciones invocó la confianza que el Rey y el pueblo español han depositado en el Ejército del Aire, e insistió en la contrapartida de rigurosa exigencia que conlleva. Habló del esfuerzo que el, pueblo español ha hecho, está haciendo y va a hacer, a costa de innegables renuncias a mejorar sus cotas de bienestar, y de cómo ello impone a las Fuerzas Armadas ' en su conjunto una administración muy cuidadosa de los medios.Sintetizó un inventario de actividades aéreas en 1982 en las 120.000 horas de vuelo realizadas; lanzamiento de 70.000 paracaidistas; transporte de 100.000 pasajeros y 7.000 toneladas de carga; evacuación y salvamento de 1.330 personas en 3.500 misiones de búsqueda y rescate, y 800 misiones de extinción de incendios, además de los ejercicios y maniobras específicos, combinados y combinados-conjuntos. Entre sus deseos mencionó la mejora del entendimiento cori el Ejército y la Armada y la multiplicación de las oportunidades de actuación conjunta y de apoyo más decidido y la más absoluta integración en la sociedad. El general García Conde aludió al empobrecimiento progresivo del Ejército del Aire en las últimas décadas "por desafortunados repartos presupuestarios, consecuencia de una política militar segurarnente equivocada, de cuyos resultados negativos hemos advertido a su tiempo lealmente, aunque por supuesto la hemos asumido siempre disciplinadamente".
El ministro en las tres intervenciones sucesivas en los cuarteles generales tuvo palabras de felicitación en su nombre y en el del presidente del Gobierno, recordó a las víctimas del terrorismo y caídos en acto de servicio, se declaró explícitamente de acuerdo con los puntos más significativos de las interven ciones de los jefes de Estado Mayor e insistió en la necesidad de integrar a todos en las tareas de la defensa nacional.
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