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La expedición española al Orinoco fracasó al hundirse el material

Una expedición de piragüistas españoles y venezolanos que quería alcanzar el nacimiento del río Orinoco fue suspendida el pasado día 22, en el Puerto del Venado (territorio venezolano del Amazonas), a causa de un accidente que supuso el hundimiento de la chalupa en la que se iba a transportar todo el material y alimentos. El jefe de la expedición era el español Juan Manuel Feliz, miembro de la Federación Española de Piragüismo, que estaba acompañado por los asturianos Ricardo Soto y Gonzalo García, el ceutí Ricardo Caliani, el extremeño Luis Augusto Fernández, el palentino Carlos Rojo y el madrileño Antonio Franco, médico del grupo. Los venezolanos eran Pedro Mejías, Rodrigo Velecia y Manuel Reina.Feliz, que el año pasado ya había dirigido una expedición en piragua por el río Paraná, regresó a España con sus compañeros hace unos días. Feliz comentó el hecho así: "El percance ocurrió en el Puerto del Venado, ya en territorio amazónico y a unos cincuenta kilómetros de Puerto Ayacucho, la capital de aquella zona. Pretendíamos embarcar todo nuestro material en una chalupa para dirigirnos seiscientos kilómetros río arriba, por el Orinoco, hasta el punto de salida de la expedición en piragua propiamente dicha, pero cuando el camión en que nos llegaba el equipo se había situado en el embarcadero para descargarlo, se deslizó por la rampa, precipitándose sobre la embarcación".

El jefe de la expedición valora las pérdidas en un millón de pesetas: "Lo perdimos casi todo, porque en escasos segundos se hundió el camión y la chalupa. Pudimos recuperar algunas cosas que salieron a flote, gracias a la ayuda de los indios piaroas, que son expertos buceadores en las turbias aguas del Orinoco. Se nos quedaron las cámaras fotográficas a varios metros de profundidad, el equipo de cine, los pasaportes, todos los alimentos, dinero e incluso el permiso del gobernador del territorio de Amazonas para poder adentrarnos en la zona. En suma, que ha sido un grave contratiempo, máxime porque el presupuesto de la expedición, de unos tres millones de pesetas, lo habíamos cubierto con aportaciones personales de todos los miembros".

A pesar de la decepción, Feliz ya piensa en una nueva aventura para el próximo año: "Queremos repetirlo en octubre o noviembre, porque es mejor época que en diciembre. Allí, a causa de las fiestas navideñas, se paraliza toda la actividad y teníamos dificultades para realizar gestiones de tipo burocrático. Nuestra intención es navegar con dos piraguas, en lugar de cuatro, como teníamos planeado ahora y, si es posible, contar también con mayor ayuda económica de la que tuvimos en esta oportunidad. Tres millones de pesetas es poco dinero para afrontar una expedición, aunque esta faceta del piragüismo es poco conocida".

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