Probable nacionalización del grupo francés Peugeot-Citroën-Talbot
El grupo automovilístico Peugeot (Citroën, Talbot y Peugeot), el más importante francés al lado de Renault, puede ser nacionalizado o, en cualquier caso, el Estado adquirir una participación de bloqueo. La grave situación financiera del grupo y las pérdidas persistentes e importantes de Citroën son la causa de lo anterior. Desde hace meses, la central de tendencia comunista CGT es acusada de entorpecer la producción y, últimamente, de practicar una estrategia de sabotaje sistemático.
Anteayer, la dirección de Citroën amenazó con el cierre temporal, e incluso definitivo, de la fábrica de Aulnays-sous-Bois, que emplea a 6.000 obreros. Durante las últimas horas se han buscado paliativos a dicha afirmación, pero no era necesario más para que la gravísima situación del grupo Peugeot se planteara pública y espectacularmente.La firma que agrupa a Peugeot, Talbot y Citroën (PSA) se calcula que habrá perdido a finales del año en curso 2.000 millones de francos. De esta cantidad, la mitad corresponderá a Citroën, que el año pasado ya perdió 5.000 millones de francos. Tras su constitución, PSA atravesó un período difícil, con inversiones importantes en Francia, Reino Unido y España. Durante los últimos meses se estimaba que podría rehacer su potencial financiero, puesto que, industrial y comercialmente, realizó transformaciones que la hacían viable, en opinión de los técnicos.
Pero desde el verano pasado, la fábrica en Aulnay de Citroën y, en proporciones parecidas, la de Poissy de la misma firma no funcionan normalmente. El sindicato CGT, dominante en ambos centros, es acusado de haber establecido "un verdadero poder obrero" en las mismas. Es de anotar que Citroën, a su vez, se señala como una sociedad retrógrada en materia de relaciones sociales, lo que le ha servido a la CGT para justificar sus acciones repetidas.
Lo ocurrido durante las, últimas semanas es lo que ha llamado la atención de los poderes públicos y de la opinión. Según la dirección, respaldada por toda la opinión, la CGT lleva a cabo una operación de desestabilización de Citroën. La producción ha disminuido en ochocientas unidades diarias, y el 80% de los coches que salen de la fábrica tiene que someterse a nuevas revisiones como consecuencia de deficiencias provocadas por el sindicato referido, que reconoce ese sabotaje, pero del que niega ser el origen.
La CGT, como el partido comunista desde que los socialistas llegaron al poder, era partidaria de la nacionalización. del grupo PSA. Ahora se sospecha que, bajo otros pretextos (acusa a Citroën de invertir más en el extranjero que en Francia), quiere conseguir su objetivo por medio de la obstrucción.
El Gobierno está entre la espada y la pared. Ha repetido que nacionalizaría "sólo lo anunciado en la campaña electoral y nada más". Pero los socialistas también advirtieron que si el dinero del Estado debía suplir las deficiencias financieras de una empresa, ese préstamo se haría sólo a cambio de una participación pública en la misma. Y hoy nadie duda que el grupo PSA tendrá que solicitar una subvención del Estado.
A pesar de que las ventas han aumentado a lo largo del año en curso, no sólo IPSA vive un momento crucial de su existencia. La firma nacionalizada Renault anuncia un déficit de 950 millones de pérdidas durante el primer semestre de 1982, a pesar de haber aumentado las ventas en un 14,2%.
Renault, como PSA, atribuyen su crisis a las cargas sociales (cinco semanas de vacaciones, 39 horas semanales, bloqueo de precios) y a la carestía del dinero.
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