El vicepresidente del Gobierno y los ministros prometieron sus cargos sobre la Constitución
El vicepresidente y los quince ministros del nuevo Gobierno socialista prometieron ayer sus cargos ante el Rey, en el palacio de la Zarzuela, en una ceremonia que apenas duró veinte minutos, pero que marcaba una etapa inédita hasta ahora en la historia de la democracia posfranquista. Utilizando la fórmula tradicional y el prometo en lugar del juro, Alfonso Guerra y los ministros introdujeron una innovación en el protocolo: junto a los evangelios y el crucifijo, ante los que habían prestado juramento los sucesivos gobiernos de UCD, fue colocado un ejemplar de la Constitución, en el que los ministros posaron su mano derecha al expresar su promesa.
La excepción fue el titular del de parlamento de Transportes y Comunicaciones, Enrique Barón, que se limitó a repetir la promesa verbal, sin tocar la Constitución o los Evangelios. Felipe González había prometido el cargo el jueves poniendo su mano sobre los Evangelios, aunque el mismo ejemplar de la Constitución se hallaba también sobre la mesa.Diversos grados de nerviosismo en los ministros
Medios próximos a La Zarzuela destacaron que la utilización del crucifijo y los Evangelios en las ceremonias de juramento o promesa del cargo viene dictada por una larga costumbre, que se remonta a muchos años atrás. En cambio, la fórmula verbal de juramento o promesa fue introducida por real-decreto tras la aprobación de la Constitución.
Con grados diversos de nerviosismo -patente en el caso del titular del ministerio de Educación, José María Maravall-, los ministros fueron, sucesivamente, prometiendo el cargo por el orden protocolario establecido: el primero en cumplir el trámite fue Fernando Ledesma, titular de la cartera Justicia, quien pudo, así, actuar como notario mayor del Reino frente al resto de sus compañeros de gabinete. Le siguió Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno) y, a continuación, prestaron promesa Fernando Morán (Asuntos Exteriores), Miguel Boyer (Economía y Hacienda), Narcís Serra (Defensa), José Barrionuevo (Interior), Julián Campo (Obras Públicas y Urbanismo), José María Maravall (Educación y Cultura), Carlos Solchaga (Industria), Carlos Romero (Agricultura, Pesca y Alirnentación), Javier Moscoso (Presidencia), Enrique Barón (Transportes y Comunicaciones), Javier Solana (Cultura), Tomás de la Quadra-Salcedo (Administración Territorial) y Ernest Lluch (Sanidad). Todos ellos vestían de oscuro, excepto Alfonso Guerra y Ernest Lluch, que llevaban trajes de color claro.
Todos los ministros del primer Gabinete socialista acudieron al palacio de la Zarzuela en automóvil oficial y con vehículo de escolta. Tras la ceremonia de promesa, todo el Gabinete, con Felipe González a la cabeza, permaneció durante cerca de veinte minutos conversando con el Rey. Posteriormente, y en contra de lo que viene siendo la costumbre establecida, la mayor parte de los ministros rehusó detenerse a conversar con los informadores que les aguardaban en las afueras del palacio de La Zarzuela. Tan solo Lluch y Quadra-Salcedo accedieron a responder a las preguntas de la prensa, deteniendo sus automóviles.
A continuación, los titulares de los diversos departamentos se dirigieron a los que, desde ayer, son sus nuevos despachos oficiales. En ningún Ministerio se realizaron solemnidades en la toma de posesión; tan solo en Defensa se celebrará hoy una ceremonia de bienvenida a Narcís Serra, previéndose la asistencia al acto del presidente de la JUJEM y del nuevo alcalde de Barcelona. Ello permitirá al nuevo ministro de Defensa el desarrollo de contactos con las autoridades militares, ya iniciados el pasado jueves, día en que junto al ministro saliente, Alberto Oliart, recibió a los miembros de la JUJEM, director general de la Guardia Civil y director del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID).
En cuanto a la actividad en La Moncloa, Felipe González consumió ayer su segundo día en el palacio presidencial -donde, desde el jueves, reside toda la familia- despachando por separado con Alfonso Guerra y con los ministros Almunia, Maravall, Morán y Serra, cuyos departamentos son, presumiblemente, los primeros que deben adoptar decisiones en el próximo Consejo de Ministros. Se sabe, por ejemplo, que el titular de Exteriores mantendrá hoy reuniones con varios embajadores, entre ellos Javier Rupérez, cuyo relevo al frente de la representación ante la OTAN parece inminente. Varios embajadores políticos podrían ser nombrados en breve para ocupar plazas en importantes capitales.
Preparación del primer Consejo de Ministros
González se reunirá con sus ministros por grupos a lo largo del día de hoy, en lo que se considera preparación del Consejo de Ministros del martes, que aprobará los nombramientos de la mayor parte de los altos cargos de los Ministerios, así como,del director general de Radiotelevisión y, tal vez, del presidente de la agencia Efe, cargo para el que aún no existe un candidato seguro.
La agencia Radial Press informó ayer de que el nombre de Juan Cueto parece confirmarse como director de RNE. La misma agencia daba como probable a Luis Solana Madariaga, hermano del ministro de Cultura, en la presidencia de la Compañía Telefónica Nacional de España, sustituyendo al ucedista Salvador Sánchez Terán. El periodista Miguel Angel Molinero será el segundo de a bordo del portavoz gubernamental, Eduardo Sotillos, tal vez como director general de Coordinación Informativa. Otros cargos futuros que se van conociendo paulatinamente, al margen de los ya aparecidos en la prensa en los últimos días, son los de Luis Antonio Burón como futuro fiscal general del Estado y Juan José Martínez Zato, posible próximo director general de Prisiones.
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