España y el Sahara

El pueblo saharaui y, como él, muchos españoles estamos convencidos de que la responsabilidad de España para con su "ex querida provincia africana habitada por españoles de tez oscura y religión islámica" ni se ha extinguido ni puede extinguirse -al menos legítima y sentimentalmente- por unos acuerdos en los que una de las partes signatarias -Mauritania- incumplió lo pactado; lo cual, a nuestro entender, junto a otros factores no menos importantes, lo hacen nulo de pleno derecho.El órgano oficial de la RASD en lengua española, Sáhara Libre, publica en su número 137, correspondiente al pasado 2 de octubre, un editorial en el que los responsables de la RASD recuerdan a nuestro futuro presidente del Gobierno y secretario general del PSOE los múltiples compromisos que este partido, anteriormente en la oposición, adquirió desde 1976; entre ellos, y como más reciente, destaca la entrevista que el 31 de octubre de 1980 concede Felipe González al diario argelino Al Morahaabid, en el que, entre otras cosas, decía: "... Nuestra oposición a los acuerdos de Madrid sigue manteniéndose..."."... Uno de los países firmantes (Mauritania, agosto de 1979) ha dejado de ser parte contratante, por lo que dichos acuerdos carecen de validez...".

En esta línea, y en solidaridad con el pueblo saharaui, hago una llamada a los futuros responsables de la política exterior y de la cultura para que esa "proyección exterior de la cultura española en una política coherente de promoción exterior, de intercambio y colaboración cultural", recogidos en el apartado 5 de su programa electoral, así como en el capítulo del mismo dedicado a política exterior, se hagan realidad en aras a un mayor acercamiento a los pueblos que hablan y quieren seguir hablando español, como demuestra el hecho de que en la Constitución de la RASD prescriben como idiomas oficiales el árabe y el español. / Graduado social, capitán de Ingenieros. La Laguna