El Banco Exterior quiere expansionarse con la compra del Levante
Fermín Celada, presidente del Banco Exterior de España -el octavo banco del país-, cumple hoy setenta años y, por el reglamento interno de esta entidad, en el momento de alcanzar dicha edad tiene que cesar en su cargo. En una reunión del Consejo de Administración celebrada en septiembre, Fermín Celada recordó esa circunstancia y no propuso ningún candidato, dada la proximidad de las elecciones legislativas. Por ello se aprobó que el actual presidente lo seguirá siendo en funciones desde el próximo lunes hasta el 31 de diciembre, si es que antes no se produce el cambio. La sucesión en la presidencia es un problema, no el más importante, que tiene planteado el Banco Exterior de España en estos momentos.Una vez que parece definitivamente aparcada la posibilidad de que Leopoldo Calvo Sotelo tenga acceso a la presidencia del Banco Exterior y cuando han desaparecido todos los rumores sobre la posible apetencia del cargo por parte de Juan Antonio García Díez, vicepresidente de Asuntos Económicos, la lista de candidatos se reduce prácticamente al actual consejero delegado, Rafael Martínez Cortiña, quien contaría con el apoyo de buena parte de los nuevos responsables económicos del Gobierno socialista.
Si la sucesión está casi, con toda probabilidad, cerrada, los procedimientos para asegurar un crecimiento sostenido del banco son los problemas básicos con los que el nuevo presidente va a tener que enfrentarse en el futuro.
Hasta hace pocas semanas, el Banco Exterior era la única institución financiera española que proporcionaba financiación a exportaciones en condiciones privilegiadas a partir de las dotaciones presupuestarias destinadas al Instituto de Crédito Oficial (ICO) o de los adelantos proporcionados por el Banco de España. Las medidas del mes de abril de este año, de fomento a la exportación, incluían una reivindicación relativamente moderna de la banca privada: acabar con el monopolio de financiar las exportaciones por parte del Banco Exterior. Varios meses después, este decreto fue desarrollado al fijar las condiciones en las que los bancos privados podían iniciar esa nueva línea de financiación.
En medios del Banco Exterior de España se piensa que la competencia de la banca nacional en este terreno no tendrá efectos antes de dos años, dada la tradición conseguida por ellos en el tiempo en que han actuado en solitario. En cualquier caso, se afirma, si la cuota del mercado de financiación de exportaciones que tiene en estos momentos el Banco Exterior de España es del 60%, no es previsible que se reduzca por debajo del 50%, y, además, las condiciones en que se concretan estos préstamos no producen un beneficio para el propio Banco Exterior.
En círculos del partido socialista se considera, por otro lado, que, si se ha terminado el monopolio de financiación de exportaciones, no hay razón alguna para mantener la política de que el Banco Exterior no adquiera bancos en crisis como fórmula para tener un crecimiento acorde a lo que se quiere que sea la presencia de un banco medio público en el conjunto nacional. En este sentido, se señala que el Banco de Levante, que realiza en este mes una ampliación de capital para sanear parte de sus pérdidas, y que se espera sea cubierta de forma mayoritaria por el Fondo de Garantía de Depósitos en entidades de crédito, bien podría ser la primera adquisición una vez fuera saneado por el Fondo y en condiciones similares a las de adjudicación de los otros bancos que han cambiado de manos en fechas recientes. Alguna otra entidad del grupo de Banca Catalana podría ser estudiada también por el Banco Exterior si se le diera, con la nueva Administración, la luz verde que hasta ahora se le ha venido negando. Si se produjeran estas compras, el Banco Exterior rebasaría al Banco Popular en el ranking de depósitos, lo que alteraría sustancialmente el llamado club de los siete grandes.
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