El 'otro' Mario Benedeti

Tengo encima de mi mesa de trabajo un libro firmado por Mario Benedeti. También están entre mis discos algunas canciones sobre poemas de este autor uruguayo. Quiero decir que me gusta, que anda entre mis preferidos, que hasta ahora Benedeti me había dicho algo.Pero también tengo a la vista su Fábula con Papa, que ha escrito en EL PAIS recientemente, y con ello se me ha venido abajo el edificio poético-literario de Benedeti. "¿Cómo es posible", me pregunto, "que también él haya escrito eso?". Confio que sea la pregunta que se haga él mismo después de haberse leído en el periódico.

Sería curioso conocer por qué caminos de insidias se puede llegar a metas semejantes. Cabría hacer un estudio acerca de las razones por las cuales un hombre inteligente y sensible llega a ese estado de degradación de la sensibilidad y la inteligencia.

Acabo de asomarme, una vez más, a los versos de este poeta uruguayo, intentando encontrar de nuevo ese otro él que yo guardo en mi memoria de lector. Afortunadamente, allí está todavía el Benedeti que conocí en su día, el que decía que no deseaba crear "seres odiantes y odiables, / sino hombres y mujeres queribles y querientes". Pero tal vez el día que cogió la pluma para escribir en EL PAIS la mojó en tinta de tosca imaginación, porque se despertó tosco y solitario y se dijo: "No tengo a nadie para dar mis quejas, / nadie a

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quien echar mis culpas de inquietud".

De todos modos, uno confía en que para Benedeti llegue pronto un día distinto y gozoso en que pueda volver a escribir: "Menos mal que mañana, / o a más tardar pasado, / sé que despertaré alegre y solidario / con mi culpita lavada y planchada".

Y es que "de vez en cuando hay que hacer / una pausa / y contemplarse a sí mismo / sin la fruición cotidiana". /