Algunos sectores de Fuerza Nueva, disconformes con la liquidación del partido
La autodisolución del partido ultraderechista Fuerza Nueva no contó con el acuerdo de las agrupaciones de Madrid, País Valenciano, Andalucía occidental, Castillá-León y Málaga, así como de su rama juvenil, Fuerza Joven, y destacados miembros de su sección sindical (Fuerza Nacional del Trabajo), según informan fuentes oficiosas de FN. La extrema derecha, tras la desaparición de FN y su descalabro electoral, se encuentra reducida a pequeños grupúsculos de signo violento y partidos de nula implantación electoral.Las fuentes citadas no descartaban que dichas agrupaciones territoriales de FN, que persistían en su malestar con la decisión tomada, pudiesen constituirse en partido y escindirse de FN. Un dirigente de Fuerza Nacional del Trabajo manifestó que había prevalecido el criterio de disciplina más que la conformidad para explicar la autodisolución de FN, y argumentaba que había sido una decisión de Blas Piñar y que éste sabría los motivos que le habían impulsado.
A juicio de dicho dirigente del sindicato de FN, la autodisolución del partido significaba una vuelta a los cuarteles de inviemo, a la espera de tiempos mejores. Esto lo explicaba en el sentido de que una mala gestión gubernamental del PSOE hiciese deseable y factible su vuelta al ruedo político como formación política para concurrir ante las urnas.
Según dichas fuentes, Fuerza Joven se integrará dentro de la estructura del Fuerza Nacional del Trabajo, a fin de disciplinar sus acciones y evitar que produzcan en lo sucesivo alborotos. Precisamente, a juicio de dicho dirigente, estas acciones violentas de elementos de Fuerza Joven habían dañado mucho la imagen del partido. No descartaba, sin embargo, que elementos de FJ se pasasen a grupos ultraderechistas de carácter significadamente violento y radical, como Primera Línea o el Frente de la Juventud.
También precisó que FN no estaba a la espera de ninguna acción violenta y anticonstitucional que los aupase al poder, y reconocía que la opción ofertada por FN no había sabido conectar con las exigencias del electorado y de la nación. Respecto del abandono del Ejército a que aludía el discurso de despedida de Blas Piñar, dicha fuente precisó que se trataba de un abandono electoral de un sector de las FAS próximos ideológicamente a FN.
El dirigente de Solidaridad Española, el segundo partido más votado de la ultraderecha, Angel López Montero, precisó que la autodisolución de FN ni les perjudicaba ni les beneficiaba, ya que, a su juicio, los antiguos votos de FN sólo recaerían en ellos en futuras confrontaciones electorales en virtud de lo acertado de la política de SE. También preciso que el partido no tenía intención de disolverse a causa del descalabro electoral, y que en un Congreso a celebrar en enero decidirían si concurrían o no a las próximas elecciones municipales y autonómicas.
Solidaridad Española ha sufrido una severa reestructuración en sus órganos directivos tras el 28-O y trata de redefinir su imagen, tratando de diluir su apariencia ultraderechista.
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