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Remite la retirada de fondos de Banca Catalana

Xavier Vidal-Folch

Banca Catalana ha empezado a superar el proceso de deterioro de los depósitos. La entidad obtuvo el pasado miércoles saldos positivos en las cámaras de compensación bancaria de Barcelona y Madrid, y ayer en la de Tarragona, según manifestó ayer su administrador, Juan Antonio Ruiz de Alda.Su balance de la junta celebrada anteanoche fue muy positivo: "Hemos encontrado", dijo, "la respuesta más favorable de cuantas se han dado en las crisis bancarias precedentes". Ruiz de Alda aludía con ello a las intervenciones de pequeños accionistas que, sin dejar de lamentarse por los capitales perdidos, se mostraron dispuestos a concurrir a la ampliación de capital prevista de 15.343 millones.

Este fenómeno, insólito en la historia de la resolución de las crisis bancarias, puede ser debido, según medios bancarios, al grado de identificación del accionista con el espíritu de la entidad. Difícilmente extrapolables a otras entidades financieras, sus raíces catalanistas, si por una parte han sido objeto de numerosas críticas porque en su límite han llevado a confundir operativa bancaria estricta con actividades políticas, por otra han permitido una irradiación de la idea de una banca regionalizada y, a la postre, gestos de entrega como los de algunos accionistas.

La incógnita del momento, tras la junta, es qué traducción práctica tendrán estos gestos, es decir, en qué medida el accionariado popular e institucional acudirá a la ampliación de capital. Las principales instituciones financieras han mantenido hasta el momento una postura de silencio y expectativa.

La Caja de Pensiones, la Caixa, que desde noviembre de 1979 ostenta un paquete del 7% del capital de Banca Catalana -producto de una ayuda de mil millones a la que seguirían otros apoyos hipotecarios-, ni nombró entonces al representante en el Consejo de Administración al que tenía derecho, ni asistió a la junta del miércoles. Esta conducta ha obedecido al principio de no intervenir en la gestión de Banca Catalana. Sin embargo, la Caixa debe ahora definirse sobre si acude o no a la ampliación, para lo que tiene el plazo de un mes. Con toda seguridad, será requerida a ello.

Los otros bancos

Junto al planteamiento de la salida para Banca Catalana, los administradores han iniciado su análisis de otros bancos del grupo. Las juntas extraordinarias del Banco Industrial de Cataluña y del Banco Industrial del Mediterráneo se celebrarán probablemente los días 6 y 7 de diciembre. Podrá entonces cuantificarse los desequilibrios totales del grupo, que, sin duda, serán muy superiores a los estimados hace dos meses, dado el deterioro de depósitos y la crisis suscitada en la clientela.La política a seguir para las empresas participadas será la de "salvar todo lo salvable". Respecto al Banco de Gerona, en el que Catalana participa en torno al 70%, parece descartada su venta al financiero José Santacreu, antiguo dueño del Banco de Huesca y de otros bancos en Andorra y Panamá.

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