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Las recompensas y el miedo a la traición han provocado el fin del terrorismo alemán

Una recompensa de 100.000 marcos alemanes (4,5 millones de pesetas), ofrecida a cualquier persona, terroristas incluidos, que proporcionase informaciones que permitiesen la detención de los jefes de la Fracción Ejército Rojo (Rote Armee Fraktion, RAF) ha originado la perdición de los jefes terroristas germanooccidentales que, al desconfiar de sus hombres, prefirieron hacer ellos mismos las tareas que hasta ahora confiaban a sus subordinados, y cayeron así en las trampas de la policía.

Christian Klar, considerado, como el terrorista más peligroso de la República Federal de Alemania, no ofreció ninguna resistencia a los policías que le detuvieron el pasado martes en un bosque de Sajonia, cerca de Hamburgo, según anunciaron las autoridades judiciales de Karlsruhe.Cuando los policías le gritaron "¡Arriba las manos!", mientras caminaba hacia el depósito de armas escondido en el bosque, Klar se tiró al suelo sin intentar utilizar la pistola que llevaba. Principal dirigente de la RAF, sospechoso de haber participado en los grandes atentados de 1977 y los asesinatos del fiscal Siegfried Buback, del banquero Jürgen Ponto y del presidente del empresariado alemán, Hans Martin Schleyer, Klar compareció ayer ante el magistrado instructor del tribunal federal de KarIsruhe.

Los expertos de la lucha antiterrorista revelaron ayer durante una conferencia de Prensa que el "principio del fin" para los responsables de la RAF puede situarse en el primero de septiembre pasado. Ese día, la policía desencadenó una amplia operación contra la organización terrorista: la recompensa ofrecida a todo aquel que diese indicaciones que facilitasen la captura de terroristas fue duplicada y abarca a los propios miembros de los grupos terroristas.

Error fatal

El objetivo consistía en detener a los cuatro jefes de la RAF aún en libertad: Christian Klar, de treinta años de edad, Brigitte Mohnhaupt, de 33 años de edad, Adelheid Schultz, de veintisiete años de edad, e Inge Viett, de 38 años de edad.Esta táctica, consistente en apostar por las denuncias surgidas de las propias filas de la RAF, ha sembrado la discordia en el núcleo duro de la organización terrorista, tres de cuyos principales dirigentes -Klar, Mohnhaupt y Schultz- han sido detenidos en menos de una semana. Los tres cometieron el mismo error, desplazarse personalmente hasta los depósitos de armas escondidos en los bosques de los alrededores de Frankfurt o Hamburgo, tarea hasta ahora confiada a segundones.

El propio Christian Klar, el terrorista más buscado de la República Federal de Alemania desde 1977, repitió sorprendentemente el martes el error que había sido fatal a sus dos adjuntas Mohnhaupt y Schultz. "Es extraño que un hombre tan avispado y desconfiado como Klar haya caído en la trampa", declaró el fiscal federal Kurt Rebman.

Los expertos en la lucha antiterrorista de la policia resaltan que los jefes terroristas corrieron ya un gran riesgo al atacar el 16 de septiembre un banco en Bochum porque empezaban a temer que los 100.000 marcos acabasen por incitar a alguno de sus colaboradores a traicionarles.

Algunos transeúntes descubrieron hace algunas semanas un escondite de armas de la RAF en las cercanías de Frankfurt, donde la policía encontró un plan secreto con la localización de los demás depósitos de armas, que inmediatamente ordenó que fuesen vigilados día y noche, La detención del trío Klar, Mohnhaupt y Shultz, constituye una auténtica "catástrofe" para la RAF, aseguró el fiscal federal, que no descartó, sin embargo, que los cuatro terroristas que aún permanecen en libertad puedan aún perpetrar atentados.

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