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La dimisión de Santiago Carrillo

El nuevo secretario general del Partido Comunista de España tiene 'manos libres' para efectuar cambios en el partido

"Yo soy ahora el nuevo secretario general del Partido Comunista de España y no voy a permitir que nadie ejerza de secretario general en la sombra. He aceptado con la condición de poder hacer todos los cambios en las personas, estilos y métodos que me parezcan oportunos, y lucharé con todas mis fuerzas por defender el eurocomunismo-. Estas contundentes declaraciones sintetizan la personalidad del actual secretario general de los comunistas españoles, el asturiano Gerardo Iglesias, elegido ayer por el Comité Central del partido con el 74% de los votos.

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El otro posible sucesor de Santiago Carrillo, Nicolás Sartorius, pidió a los miembros del comité central que habían solicitado su nominación para la secretaría general, que retirasen esta propuesta y, en una intervención producida a última hora de la tarde de ayer, prometió apoyar a Gerardo Iglesias y colaborar con él para sacar adelante al partido. En única candidatura, Iglesias resultó elegido, en votación nominal y secreta, por 64 votos a favor, tres en contra, quince abstenciones y tres papeletas en blanco.Al finalizar la reunión del comité central en que los comunistas han aceptado la dimisión de Santiago Carrillo y elegido al hombre que él mismo propuso para sustituirle, el ambiente general era de satisfacción. La parte más renovadora del partido, representada por Nicolás Sartorius, Enrique Curiel, Juan Francisco Pla y los dirigentes del PSUC, se mostraron muy favorables al nuevo secretario general, de quien Curiel dijo: "No es ningún hombre de paja. Gerardo Iglesias va a dar sorpresas, y muy agradables". Otro de ellos comentó: "Se ha terminado la vieja etapa del PCE y comienza una nueva", a pesar de los recelos que todavía subsisten sobre la posibilidad de que Iglesias sea un secretario de transición.

En este sentido fueron pronunciadas algunas declaraciones de Iglesias en la conferencia de Prensa que se celebró anoche en la sede central del PCE para darse a conocer a los medios informativos. "Siento un gran respeto y una gran admiración por Santiago Carrillo, pero el nuevo secretario general soy yo y no voy a consentir secretarios generales a la sombra", dijo Iglesias. "Voy a defender la política aprobada en el X Congreso y lucharé con todas mis fuerzas por defender el eurocomunismo. Ya se que hay quienes preferirían", añadió, "que volviéramos al pasado, pero yo se que así sólo conseguiríamos llevar al PCE a las catacumbas".

La abstención de Sartorius

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Pidió tiempo Iglesias para decidir los cambios que hay que efectuar en el PCE, pero dejó bien claro que había aceptado el cargo con la condición de tener las manos libres para efectuar todas las renovaciones que creyese oportunas, tanto en las personas como "en los estilos" y que estos cambios iban a afectar a los miembros del secretariado.

El actual secretariado, al que Carrillo no quiere pertenecer, es un equipo elegido por éste, donde se combinan las fidelidades, los comunistas más renovadores, como Plá, Curiel, o Sartorius, los hombres del aparato, como Jaime Ballesteros, y los "comunistas de los viejos usos", como Romero Marín o Leopoldo Alcáraz.

En la reunión que celebró el comité ejecutivo del PCE en la mañana de ayer para dar cumplimiento formal al trámite de presentación de Iglesias al comité central, se produjeron dos abstenciones, las de Francisco Frutos, ex secretario general del PSUC y la de Nicolás Sartorius, el otro sucesor no apoyado por Carrillo. En esa reunión ya avanzó Gerardo Iglesias que iba a efectuar "cambios en el aparato administrativo del partido".

El nuevo secretario general del PCE reconoció en su encuentro con los informadores que tenía el sambenito de "duro", pero añadió que en Asturias -donde ha sido secretario general de Comisiones Obreras, primero, y del partido, después- habían podido comprobar que no lo era tanto. Lo cierto es que Gerardo Iglesias, en la conferencia de Perlora de 1978, saneó el partido, tanto de prosoviéticos como de picos de oro, (la expresión con que los duros del PCE pretenden menospreciar a los intelectuales), y desde entonces hasta hoy, la conseguido la mejor implantación electoral del PCE en España y una cierta armonía entre el sector obrerista y el de profesionales y técnicos. Esta gestión y la fidelidad que siempre ha demostrado hacia Santiago Carrillo, le han valido la nominación para el cargo.

En el aspecto personal, Gerardo Iglesias se encontraba ayer enfermo, con fiebre, debido a un fuerte resfriado, y comentó lo muchísimo que iba a echar de menos su tierra asturiana. "Los camaradas me han prometido traerme aquí una vaca y un huertecito", bromeó.

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