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La dimisión de Santiago Carrillo

Claudín: "El desplazamiento de Carrillo es 'necesario, pero no suficiente' para el partido"

"El desplazamiento de Santiago Carrillo de la secretaria general de PCE es una condición necesaria para encontrar una vía de solución al partido, pero, al punto al que han llegado las cosas, no es suficiente; el desastre ha llegado a un extremo difícilmente recuperable". Esta fue la opinión expresada ayer a EL PAÍS por Fernando Claudín, quien fue expulsado por Carrillo del Comité Ejecutivo del PCE en 1964, y del propio partido, en 1965.

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"Dentro de una perspectiva de recuperación, tendrían que ser hombres del tipo de Nicolas Sartorius o Jordi Solé Tura quienes se hicieran cargo de la dirección del partido. Pero, aún así, repito que la recuperación del PCE me parece difícil, dado el grado de deterioro al que se ha llegado", agregó.Claudín, quien dijo que "no volvería en absoluto" a integrarse en el PCE, por encontrarse ya en una posición política distinta, dentro del área socialista, se manifestó extrañado ante el nombre de Gerardo Iglesias, propuesto por el ejecutivo comunista como nuevo secretario general: "Significa un claro continuismo. Pese a su reciente ascenso dentro del partido, no es miembro del comité ejecutivo, y no creo que tenga suficiente envergadura para ocupar el puesto. Esta sustitución no garantiza, por otra parte, que Carrillo no vaya a volver a ocupar la secretaría general, convocando un congreso extraordinario previamente preparado, donde fuera plebiscitado, por ejemplo".

"El partido no es necesario" en este momento

El ex dirigente comunista se mostró, en todo momento, pesimista respecto a las posibilidades futuras del PCE: "Objetivamente, ahora no es un partido necesario". En opinión de Claudín, no existe en Europa la necesidad de contar con una expresión política organizada a la izquierda de las formaciones socialistas. "Aunque sí pueden resultar imprescindibles movimientos sociales, no políticos, de tipo ecologista o feminista, por ejemplo"."Además, en el caso de España, el PCE no ha sido la izquierda del PSOE durante la transición. Mientras los socialistas realizaban una labor de oposición a la UCD, el PCE practicaba una política de convivencia con Adolfo Suárez", afirma Claudín.

La presente crisis "no es sino la versión española de la crisis generalizada en el movimiento comunista, que se expresa de dos maneras: en los países en los que han tomado el poder, construyendo una sociedad que nada tiene que ver con el proyecto original".

En el segundo caso", añade Claudín, "en las naciones situadas fuera del bloque soviético, los PC o bien juegan un papel poco relevante o, en caso contrario, la búsqueda de una nueva vía -el eurocomunismo- les ha conducido a una pérdida de su propia identidad, aproximándose, en realidad, a las posiciones del movimiento socialista".

Es difícil, piensa Claudín, que los partidos comunistas puedan llegar a ser fuerzas de izquierda diferenciadas de los partidos socialistas. "Para ello, tendrían incluso que llegar a cambiar de nombre y dejar de llamarse comunistas. Hoy, el concepto comunista esta inutilizado para definir un grupo progresista en cualquier sociedad".

Previsible situación 'a la griega'

"Es casi un hecho, aunque aún no esté más que en sus comienzos", el que el comunismo español llegue a una situación a la griega, con la existencia de un PC prosoviético y otro de tipo eurocomunista, aunque ambos queden convertidos en fuerzas marginales y de escaso porvenir.Por último, Fernando Claudín expresó su creencia en la posibilidad de que la crisis que actualmente afecta al PCE acabará repercutiendo también sobre la organización sindical Comisiones Obreras, donde el partido aún conserva un anotable influencia. Ello contribuirá a que el sindicato socialista, la Unión General de Trabajadores, termine por imponerse sobre CC OO.

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