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La dimisión de Santiago Carrillo

El relevo en el PCE no afectará a la dirección del PSUC

La dimisión de Santiago Carrillo al frente de la secretaría general del Partito Comunista (PCE) no conllevará cambios espectaculares, ni a cortó ni a medio plazo, en la dirección del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), según informaron ayer a EL PAÍS dirigentes de este partido. El acuerdo mayoritario en la ejecutiva de los comunistas catalanes, alcanzado el pasado jueves, de propiciar el relevo de Carrillo, como inicio de un proceso de renovación de las estructuras generales del PCE que permita salvar la ideología eurocomunista, después del fracaso electoral, ha sido un factor determinante en la dimisión del secretario general.

El secretario general del PSUC, Antoni Gutiérrez Díaz, busca ampliar el espectro político de su ejecutiva, controlada por los euros, y ha propuesto incorporar a la dirección a los leninistas Paco Frutos, Rafael Ribó y Vázquez Montalbán, que consideran que la incorporación a la ejecutiva de miembros de esta tendencia debe ser más importante. Los tres abandonaron la dirección del PSUC tras lo que entendieron marginación en el reparto de secretarías.

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Los dirigentes del PSUC consideran que la fase de debate en la que se encuentra en estos momentos el PCE tuvo ya su plasmación pública en la crisis abierta de los comunistas catalanes en su V Congreso, de enero de 1981, que culminó con la retirada de los órganos de dirección de la tendencia eurocomunista. Un año después, Gutiérrez recuperó el control con un fuerte coste en su implantación en el tejido social. El partido se dividió en tres bloques: los que permanecieron en el PSUC, los que se fueron al PCC (prosoviéticos) y los que se marcharon a su casa.

Salvar el eurocomunismo

Los comunistas catalanes, conocedores de lo que son las luchas internas en el partido, han convencido a Carrillo de que ésta era la única salida para salvar el eurocomunismo e impedir que los ortodoxos se hagan con el control del partido. Un cualificado dirigente del PSUC manifestó ayer a este diario que "El Guti ha jugado a fondo toda su experiencia en la crisis interna de un partido comunista. Carrillo se ha dado cuenta de que sólo con él a la cabeza de la renovación, y con un hombre de la máxima confianza como brazo ejecutor, podía producirse una solución no traumática. Otra solución hubiera dejado el partido en manos de los prosoviéticos, contribuyendo al desánirno".Los miembros del PSUC en el Comité Central del PCE -Gregorio López Raimundo, Jordi Solé Tura, Eulàlia Vintró, Jordi Borja, Josep Lluís López Bulla, Cipriano García, Andreu Claret, Paco Frutos, Josep Maria Rodríguez Rovira y Miquel Núñez-, comprometidos en mayor o menor medida con la ideología eurocomunista defendieron ayer la necesidad de convocar un congreso "que renueve a fondo los órganos de dirección, contemple un nuevo estilo en las relaciones entre el PCE y la sociedad, y prevea un proceso de cambios que conduzcan hacia la dirección colegiada del partido".

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