Numerosos dirigentes de UCD se muestran favorables a un acercamiento a AP
La reunión que hoy celebra el Comité Ejecutivo de UCD, la primera tras el descalabro electoral del pasado 28 de octubre, supondrá una reflexión inicial sobre el futuro del partido aún en el Gobierno. Entre las tesis que manejan algunos dirigentes ucedistas se encuentra la de facilitar una disolución paulatina del partido, para acercarse a la formación de una derecha civilizada.
De acuerdo con las opiniones pulsadas por EL PAIS entre varios miembros de la ejecutiva de UCD, Landelino Lavilla se verá hoy bastante en solitario en la defensa de la tesis de mantener un centro puro, equidistante igualmente de la derecha y de la izquierda. La mayor parte de los miembros del secretariado centrista se muestran aparentemente favorables a un acercamiento a la coalición AP-PDP, si bien existe diversidad de opiniones sobre los grados y modalidades de este acercamiento.En la reunión de hoy, de la que muy probablemente no saldrán aún resultados definitivos, algún miembro de la ejecutiva podría presentar la tesis de que "las siglas UCD ya no venden" y que es necesario ir hacia "otro tipo de partido".
Se considera, en todo caso, fundamental conocer la opinión de Martín Villa, que se ha mostrado muy reservado sobre sus planes inmediatos. Martín Villa se erige como nuevo hombre fuerte de UCD, no sólo por el control que ejerce sobre gran parte de la ejecutiva, sino además porque se juzga que ejerce una indudable influencia sobre ocho de los doce escaños logrados por el partido: Gómez Franqueira, Martínez Villaseñor, Díaz Fuentes, Mardones, Cisneros, Sancho Rof y Pío Cabanillas, aparte del suyo propio.
El sector democristiano ucedista baraja la posibilidad de que, a no tardar mucho, Martín Villa renueve sus exigencias de ocupar la secretaría general del partido.
El caso del secretario de Información y Relaciones Externas de UCD, Marcelino Oreja, resulta peculiar, dado que logró su escaño por Alava formando parte de la coalición con AP limitada al País Vasco. Oreja insiste en que esta coalición se mantendrá en la región, pese a que ayer varios miembros de UCD de Vizcaya -Pilar Aresti y Ramón Churruca- se rebelaron contra ella.
Ambiente de pesimismo
Los aires de pesimismo tras la derrota electoral son perceptibles en el la sede central de UCD, en la calle Arlabán, donde ya se habla abiertamente de la necesidad de reducir personal y, tal vez, de desalquilar alguno de los siete pisos del edificio. Igualmente, se cree que Lavilla -cuya dimisión ya ha sido solicitada por algún dirigente centrista, como el presidente de UCD-Carabanchel- reducirá su secretariado, actualmente compuesto por doce miembros, a una cifra mínima. También se limitará fuertemente la infraestructura en algunas provincias.De acuerdo con algunas fuentes del secretariado ucedista, un último intento de recomposición política del partido podría consistir en una reapertura de conversaciones con el Partido Demócrata Liberal de Antonio Garrigues, con quien fracasó a última hora un pacto para la inclusión de militantes liberales en las listas de UCD. Tales fuentes piensan que, a partir de este acuerdo, si es que se materializa, podría iniciarse un acercamiento al PDP de Oscar Alzaga, que, confían estos dirigentes de UCD, no tardará en hacer explotar sus divergencias ya latentes con los hombres de Fraga. Tales divergencias podrían centrarse, siempre según los deseos de los ucedistas, en el malestar que ya existe entre los hombres de Alzaga ante la imposibilidad de formar un grupo parlamentario propio, teniendo que conformarse con un subgrupo dentro de AP.
En la sede de UCD no querían comentarse ayer las declaraciones hechas el martes por Juan José Rosón a Informaciones, en las que decía: "Hay que plantearse si vale la pena continuar" y "a lo mejor no hay razón de ser para esa fuerza de centro en la cual yo creo".
