El éxito de los deportistas depende de la pérdida de responsabilidad, según el psicólogo Joan Corbella
Joan Corbella es psicólogo. Le gusta el fútbol. Es socio del Barça y ha estudiado su idiosincrasia con más afición que dedicación profesional, aunque en determinados momentos, con el Barcelona, ha creído estar analizando a uno de sus clientes. Para Corbella, el rendimiento depende del equilibrio entre la capacidad y la responsabilidad. La Real ha ganado dos Ligas porque su capacidad, algo inferior a la del Madrid, Barcelona o Valencia, era muy superior a la escasa responsabilidad que tenían los jugadores.
Pregunta. ¿Puede justificarse un empate o una derrota en casa, esgrimiendo la presión que el público y los medios de comunicación ejercen sobre el equipo?Respuesta. Puede explicarse, no justificarse. El rendimiento es una situación de equilibrio entre capacidad y responsabilidad. Hay que entender que la responsabilidad resta capacidad. La relación entre estas dos variables ha sido plenamente asumida por los profesionales de deportes individuales. Cuando el tenista Juan Gisbert creía tener totalmente perdido el partido y soltaba su brazo, es decir, cuando perdía la responsabilidad que le atenazaba, llegaba, incluso, a ganar el encuentro. En los deportes colectivos, como el fútbol, esta ecuación se complica porque existe el mimetismo, más contagiable cuando el jugador que falla ostenta un puesto clave en el conjunto. En el Barça, todo esto tiene una fácil explicación: se ha iniciado el campeonato, exigiendo, una vez más, el triunfo en la Liga. ¿Por qué?, pues, sencillamente, porque se ha aumentado la capacidad del equipo al fichar a importantes refuerzos españoles y se ha contratado al mejor jugador del mundo: Diego Armando Maradona. Pero lo que parecen ignorar la directiva, los técnicos, los medios de comunicación y la afición es que la responsabilidad ha aumentado por la presión y la ecuación sigue en el mismo sitio.
P. ¿Cuando el jugador pisa el Camp Nou, ve aumentada esa responsabilidad?
R. La ve aumentada y le perjudica, porque no le ha sido creado un esquema de mentalización. El jugador tiene que aprender a inhibirse del medio ambiente. Los futbolistas juegan ahora más mecánicamente que antes. El factor campo es cada vez menos importante e, incluso, podría decirse que los jugadores no van a correr más, porque les anime el público. La moral, en estos momentos, es menos importante que la concentración. Para saltar al campo concentrado, hace falta una preparación psíquica, hay que salir relajado, y, de la misma forma que existe un calentamiento físico, debe existir un calentamiento psíquico, no farmacológico. Esto, que puede sonar a brujería, es uno de los grandes errores del fútbol español".
P. ¿Es difícil que el futbolista llegue a poseer esa mentalización para poder desarrollar todo su fútbol, sin acusar el ambiente?
R. Yo no comparto esa teoría que esgrimen muchos de que el futbolista está poco preparado y que sólo sabe utilizar las piernas. La inteligencia es una cosa, y la cultura, otra. ¿Por qué la Real Sociedad ha ganado la Liga en las dos últimas temporadas?. Muy sencillo: tenía capacidad (un conjunto de jugadores que lleva muchos años jugando junto y un cuadro técnico que lo conoce a la perfección, tanto física como psíquicamente) y su responsabilidad de ganar el título ha estado reducida a cero. Arconada, Zamora y compañía viven en San Sebastián en un ambiente ideal, donde pueden ir al cine sin que el forofo que está en la cola discuta con el de delante para que le compren la entrada al jugador, o se van a tomar una copa sin que su presencia en el bar cause expectación. Allí todo es normal. A una capacidad importante -a veces incluso inferior a la de los grandes favoritos-, la Real ha sabido añadir una responsabilidad cero, con lo que el rendimiento ha sido excelente, superando a equipos (Real Madrid, Barcelona o Valencia) con idéntica o mayor capacidad, pero mucha más responsabilidad".
"Hay que rodear al jugador de un ambiente propicio para su mentalización. Sólo mentalizando a los jugadores de que no pasa nada si no ganan la Liga, se empezaran a conquistar títulos regularmente. El Barça, fundamentalmente directivos y técnicos, tiene que conseguir la desmitificación del jugador. No es malo, por ejemplo, que existan tres periódicos deportivos en la ciudad. Lo malo es que los lean los jugadores, porque no es bueno que se sientan protagonistas de páginas enteras, con grandes fotografías, ensalzados un día y tirados por los suelos al siguiente. Hay que lograr que el jugador supere ese protagonismo.
P. ¿Por dónde se debería empezar?
R. Pienso que en el Barça se frivolizan demasiado unas relaciones que deberían ser mucho más serias. Falta conciencia de equipo en todos los estamentos (directivos, técnicos, médicos, jugadores...). Y es que, incluso, los entrenamientos son una competencia individual, donde el jugador va a ganarse la titularidad. Esa competencia, contrariamente a lo que creen los entrenadores, es negativa, porque la competitividad lo único que hace es aumentar un grado más la responsabilidad y reducir el rendimiento. El día en que todos los jugadores de una misma plantilla se sientan tratados igual como elementos de un conjunto, nacerá la confianza y se ganarán partidos.
P. La afición exige triunfos, porque considera que paga lo suficiente como para que se le ofrezca un buen espectáculo. ¿Esto es bueno?
R. Toda esa presión se debe contrarrestar con un gran equilibrio en el vestuario y en la directiva. Yo creo que en el banquillo del Barça es más necesario un buen conductor de hombres, que un extraordinario técnico. Yo, que no soy herrerista, considero que los éxitos de Helenio Herrera se deben a que es un extraordinario conductor de hombres, un líder, un Felipe González del fútbol. Lo de H. H., que, repito, no me parece la solución, sí demuestra que el clima de cada día es lo que hace ganar la Liga. Y no el triunfalismo o las grandes concentraciones. En el vestuario tiene que haber un entrenador con un prestigio tal entre los jugadores, que una palmada suya en el hombro signifique mayor recompensa para el jugador que la mejor prima".
"El tema directivo es más complicado. La directiva tiene que crear un equilibrio en torno a técnicos y jugadores. Una entidad con la capacidad económica y social del Barga debería hacer atractivo el club no sólo por el sueldo, sino por el amplio abanico de posibilidades que ofrecería al profesional. Lo que ofrece el Barça es una popularidad y prestigio que, si el jugador lo canaliza bien, le va a solucionar su vida en el futuro. Recuerdo que un candidato en las últimas elecciones a la presidencia azulgrana comentaba que "lo que no puede permitirse el Barça es que Rinus Michels no conozca aún el Museo Piccasso". La directiva tiene que integrar al jugador en el club y en la ciudad. Esa integración no consiste en proporcionarle un piso o conseguir que la Ford le venda a buen precio un Fiesta para que se traslade al estadio. No, la integración pasa por suministrarle una formación para el futuro, organizar cursillos para que sepa invertir, ayudarle a que comprenda el entorno..."
P. Hay jugadores que deben acusar más que otros esa falta de ambiente, ¿no?
R. Yo estoy convencido de que el dinero no lo es todo para el futbolista. El error de muchos directivos es considerar que, como pagan millones, la Liga no puede perderse. Hay que crear ese ambiente que ofrece otro tipo de gratificación, tan importante o más que el dinero, pues éste únicamente añade responsabilidad y no debe ser el único móvil, pues muchas veces vale más esa palmadita de la persona adecuada, que mil primas. El Barga tiene que generar buen ambiente, porque cabe la posibilidad de que en la profesión futbolística se llegue a pensar que aquí se gana mucho dinero, pero que, a menudo, no compensa. Si esta situación no mejora, los jugadores que vienen seguirán exigiendo más dinero, porque no hay otros elementos compensadores. Cuando un profesional está a gusto en su empresa, tiene menos presente la remuneración que cuando está mal".
"El otro día leí unas declaraciones en las que se decía que Perico Alonso había jugado un gran partido en Belgrado porque «le dije que se fuera a su tierra y regresara tranquilo y recuperado". Lo lógico sería que el Barça generase un ambiente que facilitara la integración y no fuera necesario viajar a la tierra para recuperarse. Yo creo que quien mejor ha entendido el entorno del Barça, ha sido Maradona. Muchos podrán pensar que el llamado clan Maradona puede ser un peligro para el Barça. Bien, yo estoy totalmente convencido de que Maradona triunfará porque se ha traído todo el ambiente de Buenos Aires y lo ha instalado en Barcelona. Ese clan es un elemento estabilizador para Maradona y le ayuda a mantenerse en su sitio, en equilibrio. Si Maradona hubiera venido sólo con Claudia, le hubiese pasado lo que a Schuster cuando llegó de la mano de Gaby. Se hubiera creído Dios en diez días y eso hubiese dificultado su adaptación y rendimiento, como está sucediendo con la estrella alemana".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.