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Comienza en la RFA el juicio contra una madre que mató al asesino de su hija

Sólo seis minutos duró ayer en Lubeck (República Federal de Alemania) la sesión inicial del proceso contra Marianne Bachmeier, que el 6 de marzo de 1981 mató de siete disparos, en la sala del tribunal, al carnicero Klaus Grabowsky, acusado de la muerte de la hija de Marianne. El caso conmueve a la RFA. Cien periodistas se desplazaron ayer a Lübeck y cientos de curiosos hicieron cola para entrar en una sala habilitada para el proceso. El tribunal quiso evitar que el juicio se celebre en el mismo lugar donde Marianne Bachmeler disparó sobre el hombre que mató a su hija. Desde hace meses, la revista Stern publica por entregas la agitada biografía de Marianne, la atractiva mujer que ante los ojos del tribunal vengó la muerte de su hija Anna.

Se mezclan en el caso una serie de vidas destrozadas. Marianne, la madre, acusada ahora de asesinato, tuvo una existencia agitada, al margen de lo que se considera una vida normal. Anna era su tercera hija de soltera. Otras dos hijas las había entregado para adopción.Klaus Grabowsky era un desgraciado carnicero de 35 años, víctima de su perversión sexual, que le había llevado a la cárcel por abusos deshonestos con niños en dos ocasiones. Para salir de la cárcel, Grabowsky aceptó voluntariamente la castración. Un urólogo, sin informarse bien del motivo de la castración de Grabowsky, inició un tratamiento hormonal para devolverle su impulso sexual. Un proceso contra este médico irresponsable ha quedado sobreseído de momento.

Supuesto chantaje

Grabowsky declaró a la policía que la niña de siete años, Anna, la hija de Marianne, fue a su casa a jugar con los gatos y luego intentó hacerle chantaje, le amenazó con decir que la había acariciado. Grabowsky declaró a la policía que, asustado por la niña, la estranguló con una media de su novia, luego esperó a la noche, sacó el cadáver de su casa en una caja de cartón y lo enterró en un bosque.Se supone que Grabowsky mató a la niña después de haber abusado sexualmente de ella.

En el proceso contra el carnicero, el 6 de marzo del año pasado, la madre de la niña, citada como testigo ante el tribunal, se acercó por detrás del ¡acusado y disparó ocho veces su pistola sobre el acusado de la muerte de su hija, que murió en el acto. Marianne fue detenida en la misma sala del juicio y acusada de asesinato. Inmediata mente se formaron comisiones de ciudadanos, que iniciaron colectas de dinero para defender a la madre vengadora, que recibió muchas muestras de solidaridad. Encuestas en los medios de comunicación mostraron que muchos se solidarizaban con el linchamiento del carnicero. "Yo le habría hecho picadillo", declaraba un excitado ciudadano ante las cámaras de la televisión.

'El proceso del siglo'

Los jueces han recibido ya amenazas de muerte si condenan a Marianne, y la Prensa amarillista apareció ayer llena de grandes titulares sobre un proceso que empiezan a llamar del siglo.Tan sólo seis minutos después de abierto el proceso, a las nueve de la mañana, el tribunal decretó el aplazamiento hasta mañana, jueves, por la ausencia de dos psiquiatras encargados de emitir un dictamen sobre el estado mental de la madre acusada. La aparición de Marianne ante el tribunal fue la de una estrella, en medio de los fogonazos de los fotógrafos. El tribunal se limitó a preguntarle los datos personales, "por el momento sin profesión" y "en el domicilio conocido". El proceso quedó aplazado, ante la frustración de los asistentes, que habían hecho cola desde mucho tiempo antes.

Parece que el aplazamiento responde a una táctica del tribunal de rebajar la expectación despertada. Los asistentes tuvieron que someterse a un control de metales antes de entrar en la sala. Marianne está en libertad desde el pasado mes de agosto, después de pasar diecisiete meses en la cárcel. El tribunal le concedió la libertad provisional, porque el juicio se retrasó por culpa de la Administración de justicia. El fiscal pide que se condene a Marianne por asesinato y la emoción sacude a la RFA, donde el caso provocará todavía muchos titulares hasta conocer la sentencia.

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