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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Guardias civiles: ni severos ni complacientes

Algunos medios de comunicación, entre ellos el que usted dirige, han publicado la noticia de la detención, el pasado día 23, por fuerzas de la Guardia Civil del puesto de Medina Sidonia, de unos cazadores, y de los incidentes que siguieron a estas detenciones.Como quiera que en el periódico que usted dirige se apostilla esta noticia, señalando que con anterioridad a dichos incidentes existía en el pueblo cierto malestar creado por lo que el redactor califica de "severa actuación de las fuerzas de la Guardia Civil en el cumplimiento de las funciones atribuidas -caso de la revisión de motocicletas o de impedir la caza furtiva en cotos próximos-", añadiendo que con la caza furtiva se afronta el problema del paro que padecen algunos vecinos, me veo, como portavoz del gabinete de Prensa de la Dirección General de la Guardia Civil, en la precisión de rogarle publique esta carta, en la que deseo aclarar lo siguiente:

Los guardias civiles, en cumplimiento de las funciones que realizan, no son ni severos ni complacientes. Simplemente se limitan a vigilar y velar para que la ley no sea transgredida, y caso de observar alguna infracción, delito o falta, ponerlo en conocimiento de la autoridad competente, que, en definitiva, será la que juzgue y sancione.

Es evidente que la fuerza que presta servicio no puede ni debe pasar por alto ninguna infracción, falta o delito, por el hecho -humanamente comprensible- de que el infractor o delincuente esté apremiado por necesidad extremada. El Código Penal vigente recoge las circunstancias eximentes o atenuantes que pueden concurrir, y es el juez quien debe estimar si procede o no su aplicación.

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Otra cosa es el mayor o menor grado de energía erripleado por los guardias civiles en su actuación, el cual vendrá determinado en ocasiones por la mayor o menor resistencia ofrecida a su actuación por los infractores o delincuentes y en otras por la personalidad y carácter del guardia civil que interviene.

En ningún caso esta energía debe implicar malos tratos, abusos o limitación de derechos reconocidos.

En definitiva, es injusto calificar de severo lo que es un escrupuloso y estricto cumplimiento del deber que garantiza la libertad e igualdad ante la ley de todos los españoles. /

Comandante de la Guardia Civil.

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