La alta sociedad se relaja jugando al 'squash'
El squash se ha convertido en el deporte de moda entre la jet-society española. Lo practican asiduamente el rey Juan Carlos, el capitán del equipo español de Copa Davis, Manolo Santana, el ex ministro Gregorio, López Bravo y Merry Martínez Bordíu, que juega en el equipo del Club de Campo, eliminado en semifinales en el último campeonato de España. Merry Martínez Bordiu está considerada como la sexta mejor jugadora de España. Ayer, en las pistas de Can Melich, en Sant Just Desvern (Barcelona), el campeón del mundo, el pakistaní de dieciocho años Jehangir Khan, realizó una vistosa exhibición.
El squash es un deporte muy joven en España, pero ya posee una larga historia en todo el área de influencia del antiguo Imperio Británico, donde tiene más de cien años de existencia. En España existe unos 7.000 practicantes, que se centran, sobre todo, en Madrid y Barcelona. Sin embargo, existe una diferencia importante entre la estructura de este deporte en las dos ciudades. En Madrid es más elitista, ya que las pistas pertenecen a clubes privados y hay que ser socio para poder jugar. En Barcelona, por contra, la infraestructura es más abierta, y los que están dispuestos a pagar el alquiler tienen acceso a ellas.Fue en 1977 cuando el squash aterrizó en España. Las primeras pistas se instalaron en Madrid y dos años más tarde comenzó a practicarse en Barcelona. Esta diferencia ha servido para que los mejores jugadores en los campeonatos nacionales hayan sido madrileños, aunque en los tres últimos años se ha impuesto Santiago Nieto, un español que reside en Inglaterra y que practica el squash desde hace: más de ocho años.
En el squash no domina solamente la fuerza física, aunque ésta es básica. Normalmente, los jugadores llegan al cénit de su juego a una edad en la que en cualquier otro deporte ya estarían a punto de retirarse. El mejor jugador de los últimos años ha sido el australiano Geoof Hunt, que fue ocho veces campeón del mundo. Se retiró como campeón a los 37 años.
La madurez mental es imprescindible para alcanzar las cotas más altas en este deporte, en el que se requiere una gran autodisciplina. Al jugarse en una pista cerrada y muy pequeña, los jugadores están siempre muy próximos por lo que, según los expertos, los jóvenes que carecen de experiencia son muy fáciles de descentrar. José Luis de la Guardia, uno de los mejores jugadores de Cataluña, tiene una explicación para el dominio de los veteranos en este juego: "El squash es como un ajedrez físico y mental. El buen jugador mueve las bolas de un lado a otro de la pista como si de piezas ajedrecistas se tratasen. De lo que se trata es de demostrar al rival que no se va a fallar nunca. Los mejores jugadores se mueven muy poco en la pista y, sin embargo, obligan a correr kilómetros a sus rivales. Los jóvenes arriesgan más, buscando el fallo del contrario.
Actualmente, el campeón del mundo es un pakistaní de dieciocho años, Jehangir Khan, que está considerado como un monstruo del squash, y que ha representado una revolución en este deporte similar a la que causó la irrupción de Severiano Ballesteros en el golf. Khan se proclamó campeón del mundo en el British Open, que se disputa durante el invierno en Inglaterra.
El squash está muy desarrollado en los países que formaban parte del Imperio Británico. Fueron los oficiales ingleses los que introdujeron éste y otros deportes en las colonias. Es en Pakistán, Egipto, Australia, Suráfrica, Nueva Zelanda y, naturalmente, en Gran Bretaña donde más practicantes hay de este deporte. En Pakistán y Egipto, ser un gran jugador de squash es una de las pocas posibilidades de entrar a formar parte de la alta sociedad, aunque, a diferencia del tenis, sólo hay una docena de jugadores que ganan importantes cantidades con este deporte.
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