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Catastrófica situación en las zonas afectadas por las inundaciones

Máxima alerta sanitaria en varias poblaciones valencianas

Las poblaciones afectadas por las inundaciones en Valencia están sufriendo gravísimos problemas sanitarios, que se concentran fundamentalmente en la necesidad de destruir convenientemente los cientos de cuerpos de animales muertos que han sido encontrados al bajar el nivel de las aguas, lo que puede crear importantes focos de infección; controlar la situación de los damnificados, especialmente en los campamentos de refugiados que se han montado en algunas poblaciones, y prevenir y detectar cualquier tipo de posibles epidemias.

En las últimas horas, al descender el nivel del agua, cientos de vacas, cerdos y ovejas, fundamentalmente, han sido encontrados envueltos en el extenso barrizal y están siendo destruidos. Algunas dotaciones del Ejército están quemando estos cuerpos con equipos lanzallamas o en grandes hogueras, aunque el medio más adecuado para evitar infecciones y olores inmundos consiste en enterrar a los animales y, si es posible, con cal. Para ello ya se han puesto en marcha los servicios sanitarios de Valencia, a los que se han unido numerosos voluntarios. Ayer se hizo público un bando que informaba de la necesidad de que cualquier persona que encontrara animales muertos los enterrara convenientemente ante el grave peligro que tal situación puede crear.Según ha sabido este periódico, ayer los servicios de ayuda descubrieron en la localidad de Polinyá que las aguas habían arrasado el cementerio del pueblo y salían a la superficie numerosos cadáveres, que aún se encuentran a la espera de volver a ser enterrados. Asimismo se ha dado orden de acabar con bandas de perros del campo que se agrupan en las zonas afectadas y comen carne podrida y en mal estado, lo que podría suponer otro grave foco de infecciones.

El Consell ha tomado serias medidas para tratar de paliar esta situación, que, sin ninguna duda, ha sido calificada de dantesca. Los servicios sanitarios autonómicos han desplegado a las zonas afectadas ocho grupos de prevención sanitaria, numerosos equipos de medicina asistencial y varios equipos epidemiológicos, que están tratando de detectar si existen focos de epidemias. El consejero de Sanidad, Angel Luna, manifestó ayer a EL PAIS que la labor de este organismo se está concentrando en "destruir convenientemente* los cientos de animales muertos, tratar de controlar la situación sanitaria de los campamentos de refugiados que hay en Llosa de Ranes y Villanueva de Castellón, así como en otras poblaciones, y detectar cualquier foco de epidemias, aunque éstas pueden estar incubándose y su exteriorización puede que no se detecte hasta pasados unos días".

"La situación sanitaria es sin duda de extrema gravedad", añadía Angel Luna, quien no dudó en afirmar que "ha existido una descoordinación absoluta entre diferentes organismos, lo que ha producido retrasos en la asistencia a los damnificados y, evidentemente, ha reducido de forma considerable el grado de eficacia de los trabajos mencionados".

Todos los efectivos de la Consellería de Sanidad están trabajando continuamente, y ayer tuvieron que pedir más ayuda al Insalud, porque la situación es desbordante. También se ha desplegado un enorme esfuerzo para tratar de suministrar y restablecer los servicios de agua potable, cuya carencia ha sido total desde que comenzó la tragedia.

La alarma sanitaria es extrema cuando todavía no se tienen noticias de algunas poblaciones que continúan incomunicadas y, por tanto, fuera de control. Otras han sido completamente desalojadas y su rehabilitación es imposible. Angel Luna afirmaba ayer que será necesaria la ayuda sanitaria de otras ciudades españolas puesto que la de Valencia, "incluyendo los cientos de voluntarios que nos ayudan en todo lo que pueden, no puede dar abasto".

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Otro de los grandes problemas sufridos ha sido la importante descoordinación entre los diferentes servicios de ayuda, debido, en gran medida, a que las comunicaciones eran muy difíciles de restablecer y la catástrofe ha superado cualquier previsión por trágica que fuera.

Por el momento se está tratando de distribuir a los afectados los servicios de primerísima necesidad. Agua, pan, ropa y medicamentos están siendo recogidos en toda Valencia para enviarlos a los damnificados. Cientos de voluntarios están trabajando, sin dormir, en los mercados de Valencia, donde han sido montados los centros populares de recogida de todo lo necesario. Allí se reúne, clasifica y distribuye inmediatamente a los afectados. La solidaridad de la población con las personas que están sufriendo esta tragedia es absoluta, "pero el cuerpo empieza a desfallecer", comentaba uno de estos voluntarios, quien nos expresaba que "son ya cerca de noventa horas sin pegar ojo y recogiendo paquetes, haciendo bocadillos, clasificando medicamentos... esto es una locura".

Por otra parte, los organismos oficiales continúan realizando esta misma labor. Diariamente se envían convoyes a estas poblaciones con todo lo necesario: agua, ropas y medicamentos.

También es necesario que la información sobre la situación de las poblaciones inundadas y de los afectados se centralice, puesto que la confusión y los rumores no han dejado de circular en Valencia.

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