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Tribuna
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La izquierda que lucha

Frente a la izquierda que pacta -dice el autor-, ha ido ganando peso social la izquierda que lucha, y la probable constitución de un Gobierno de mayoría PSOE va a hacer más necesario reforzar esta vía de movilización y organización, porque -sigue el autor- la patronal, la derecha y los poderes fácticos van a incrementar su beligerancia.

Las próximas elecciones son una oportunidad para derrotar a la derecha y echarla del Gobierno. Dado que el triunfo del PSOE aparece casi como seguro, es lógico que las discusiones dentro de la izquierda se vayan desplazando hacia el 29-O: ¿Cómo apoyarse en la victoria electoral para aumentar la fuerza y la organización de los trabajadores e imponer el cambio que necesitan? Porque está claro que el día 28 se puede ganar una batalla, pero que la guerra no habrá hecho más que empezar. Los problemas a resolver son gravísimos y no hay que hacerse ilusiones sobre la actitud fundamental que van a mantener la derecha y la reacción: hostigamiento y preparación de la caída del Gobierno del PSOE.La vía que proponen los partidos de la izquierda parlamentaria sigue siendo el consenso. La mayoría para el cambio del PSOE o el frente democrático del PCE son formas distintas de un pacto parlamentario con la burguesía progresista, que se considera imprescindible para negociar con los poderes fácticos. Porque, igual que en la transición, se trata de eso. Sólo así se explica que en ninguno de los problemas cruciales se propongan medidas radicales y se sustituyan por declaraciones de buena voluntad. El precio de ese'consenso es un cambio cada vez más rebajado y una indefensión cada vez mayor frente a la derecha y la reacción.

Frente a la izquierda que pacta ha ido ganando peso social una nueva izquierda: la izquierda que lucha. Una izquierda diversa; en parte, organizada en partidos; en parte, en colectivos; en buena parte, sin militancia política. Una nueva izquierda que ha sabido unirse para la lucha en repetidas ocasiones, que ha ido afirmando una serie de objetivos concretos (acabar con el paro, salir de la OTAN, depurar a los golpistas, autodeterminación, aborto libre y gratuito, solidaridad antiimperialista...) que forman parte insoslayable del cambio necesario. Pero que, sobre todo, ha abierto una vía distinta: la de la organización y la movilización. Que ha comprendido que los aliados naturales de los trabajadores son las mujeres, los jóvenes, los movimientos de emancipación nacional, los campesinos pobres. Que lucha por afirmar esta mayoría natural.

La probable constitución de un Gobierno de mayoría PSOE va a hacer más necesario reforzar esta vía de movilización y organización. Porque la patronal, la derecha y los poderes fácticos van a incrementar su beligerancia. Y, tanto por el programa del PSOE como por toda la trayectoria de este partido, no creemos que un Gobierno de mayoría socialista se muestre firme en la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores y las libertades, sino que las comprometerá con su política de consenso. Por eso no lo apoyaremos políticamente. Pero por eso también consideramos que la tarea fundamental seguirá siendo tomar iniciativas de acción contra la patronal, la derecha y la reacción del modo más amplio y unitario posible, independientemente de que no se tenga la misma opinión sobre el Gobierno del PSOE.

Sabemos que la voluntad masiva de construir una alternativa revolucionaria a la izquierda tradicional sólo puede ser el fruto de la experiencia. Nosotros estamos dispuestos a hacerla. Por eso, sin apoyar al Gobierno, no dudaremos en movilizamos contra todo intento de la reacción para derribarle. Por eso, insistiendo en la movilización, cuando el Gobierno tome medidas progresivas concretas las apoyaremos. Pero por eso dejamos bien claro desde: ahora que cuando el Gobierno defraude las reivindicaciones de los trabajadores por medio de concesiones a la patronal, a la derecha o a los poderes fácticos (y creemos que ocurrirá muchas veces), no dudaremos en criticarle y en crear las condiciones de una movilización de masas que exija medidas enérgicas. No nos detendrá ni el respeto a la propiedad privada, ni al régimen de la reforma, ni a los pactos con el imperialismo. Porque nuestro objetivo es el socialismo y la democracia de los trabajadores.

Creemos que ésta es la ida para aprovechar la derrota electoral de la derecha y avanzar hacia el cambio que necesitan los trabaliadores. Y para ello es necesario reforzar y unir a la izquierda que lucha. Esa ha sido nuestra orientación fundamental en las elecciones: dar expresión electoral a esta nueva izquierda, trabajar por candidaturas unitarias, reforzarlas con el voto donde existen condiciones. Esa será también nuestra orientación a partir del 29-O. Este es nuestro mensaje: Ven con la izquierda que lucha.

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Jaime Pastor es miembro del comité ejecutivo de la Liga Comunista Revolucionaria.

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