El accionista español de Pianelli debe a la empresa 137 millones de pesetas
El accionista español de la compañía Pianelli Traversa Española (PTE) Jorge Cabré Homs debe a la empresa 137 millones de pesetas, como consta en un documento público de reconocimiento de deuda. Este aspecto completa el panorama del conflicto surgido en esta empresa entre Jorge Cabré y sus socios italianos. PTE es líder del mercado español en el suministro a fábricas de automóviles, como Seat y General Motors, de líneas de transporte interior, y factura anualmente cerca de 2.000 millones de pesetas.
El conflicto se recrudeció el miércoles pasado, al solicitar Jorge Cabré la convocatoria judicial de una junta extraordinaria que ordenase la realización de una auditoría sobre el ejercicio pasado y que clarificase así las operaciones mercantiles entre Pianelli española y su homónima italiana. Esta última habría desviado, de acuerdo con la tesis española, contratos de la empresa española -particularmente uno de 3.000 millones firmado con General Motors de Zaragoza- para servirlos desde Italia y superar así las dificultades en que está inmersa la compañía italiana, actualmente bajo administración controlada, el equivalente a la suspensión de pagos.
Tesis italiana
Todo ello formaría parte de un intento italiano de eliminar al accionista español y poder servirse de la empresa española para sostener a la italiana, eliminando la oposición accionarial interna.
La tesis italiana es justamente la contraria. "Lo único que pretende Cabré", manifestó ayer el actual administrador de PTE, Arturo García Ingelmo, nombrado por la mayoría extranjera, "es obtener una valoración de sus acciones muy superior a la dictaminada por Arthur Andersen, de forma que, mediante la obstaculización legal o las campañas de Prensa, su deuda de 137 millones se convierta en saldo acreedor para poder controlar la empresa o bien obtener una sustanciosa ganancia".
Lo cierto es que Jorge Cabré reconoció en sendos documentos públicos de febrero y octubre de 1981 adeudar a PTE un total de 137 millones, procedentes de varias operaciones. En dichos documentos, el socio español se comprometía a devolver las cantidades adeudadas en sendos plazos, a finales de septiembre de 1981, 1982 y 1983. En garantía del pago, Cabré Homs pignoró sus 80.000 acciones -ochenta millones nominales, el 40% del capital-, que serían ejecutadas en caso de incumplimiento de los pagos.
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