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La crisis economía y la situación de la ganadería polarizan la atención de los electores cántabros

"Si antes sonreía cuando en algún sitio sesudos señores afirmaban que Cantabria es una región conservadora, ahora no puedo por menos que soltar la carcajada". Quien así se manifiesta, que se declara no militante de ningún partido, pero "ventana socialista desde el 15-j", viene a coincidir con las encuestas y espectativas que, diputado arriba, diputado abajo, dan la mayoría de escaños de la región al PSOE. A éste se le concede, aun entre los más acérrimos defensores de las opciones de centro-derecha, un mínimo de cinco escaños y un máximo de seis, discrepando las opiniones, según la tendencia de quien las emite, sobre el reparto de los tres puestos restantes.Sean cinco o seis los parlamentarios que obtenga el PSOE en Cantabria, es evidente que en cualquier caso superará la suma de los escaños obtenidos por el conjunto de los otros tres partidos con posibilidad de obtener representación parlamentaria: AP-PDP, UCD y CDS. Tan evidente como la dificultad por mantener un tapiz extendido y que para algunos políticos se convirtió en verdad inapelable: la existencia de una Cantabria de derechas y conservadora. Por el contrario, una verdad hecha tópico.

La carencia de una infraestructura adecuada en las comunicaciones con las regiones y provincias limítrofes, a la que se une en la última década una fuerte recesión industrial y el desafío que para los 40.000 ganaderos cántabros supone la integración en la Comunidad Económica Europea (CEE), serán los grandes retos con los que se enfrentan aquéllos que salgan elegidos de las urnas el 28 de octubre.

Las 40.000 explotaciones ganaderas de Cantabria, la mayor parte familiares, en las que trabaja el 28% de la población activa de la región, quieren y deben saber hasta qué punto tendrán que reacomodar sus explotaciones o, en caso contrario, resignarse a desaparecer. A lo largo de la década de los sesenta, con una economía en cierta medida floreciente, el obrero mixto o ganadero mixto equilibraba su economía compatibilizando el trabajo en la fábrica con la explotación de una pequeña ganadería. La crisis industrial de los últimos años y el acuciante problema del paro juvenil han dejado a muchos de ellos con el ganado como único medio de vida. Sin embargo, lo reducido de muchas de las exportaciones, los problemas de saneamiento y la deficiente infraestructura de muchas comarcas, hace que tan sólo 10.000 de esas explotaciones se encuentren actualmente en condiciones de ser rentables cara a la CEE.

En opinión del secretario general del Sindicato Democrático de Ganaderos Montañeses (SDGM), el abogado José Manuel Martínez de la Pedraja, la encrucijada en que se encuentra la ganadería cántabra es "difícil, porque hemos perdido el tiempo y no se han creado las condiciones para el ingreso en la Comunidad Económica Europea". A la grave situación creada por el cierre, de hecho, de las fronteras para el ganado vacuno español "porque no se ha llevado a cabo el saneamiento ganadero a tiempo", se une, en su criterio, un deficiente planteamiento en la labor de mejora genética.

La Administración central apoya poco

Un diagnóstico que no comparte el presidente de las Cámaras Agrarias Provinciales y diputado centrista en la última legislatura, Justo de las Cuevas, para el que Cantabria es la región cuya ganadería se encuentra más saneada". El que fuera presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, afirma que la tarea legislativa llevada a cabo durante la presencia, al frente del Ministerio de Agricultura, de Jaime Lamo de Espinosa, fue "especialmente positiva para la ganadería", a lo que, en el caso de Cantabria, se habría unido la política de electrificación rural y la infraestructura vial, cuyo desarrollo enmarca en la etapa de la extinta Diputación Provincial, en la que su partido, UCD, era mayoritario.En cuanto al futuro de las pequeñas explotaciones, con un número de cabezas de ganado por debajo de ocho, De las Cuevas asegura que "no se van a ver afectados por la competencia comunitaria". En tanto que el resto, que evalúa en 10.000, se encuentra a mayor nivel que el término medio de Francia en cuanto a calidad, rendimiento y saneamiento.

Sin embargo, la Unión de Ganaderos Montañeses (UGAM), segundo sindicato en importancia de la región, es mucho menos optimista al plantear, a través de su secretario general, Celestino Méndez, "la necesidad de reestructurar el sector", mediante la creación de cooperativas, así como la potenciación de las redes de comercialización y la puesta en marcha de industrias agroalimentarias, lo que, por otra parte, y en opinión de sectores sociales cualificados, serviría para equilibrar un mercado de trabajo cada vez con mayor recesión. En este sentido, el presidente del Gobierno regional, José Antonio Rodríguez, es contundente en la denuncia: "El apoyo de la Administración central a las empresas cántabras es escaso y al no contar con casi empresas públicas ni tener el peso específico de que, por citar a las regiones más cercanas, disponen el País Vasco y Asturias, de los miles de millones que el Gobierno central distribuye en ayudas, a esta región no llega nada".

Marga, Tayler, Ibero Tanagro, son algunas de las empresas cerradas en el último año en Cantabria, a las que se unen expedientes de crisis y regulaciones de empleo. La cifra de 25.000 parados, lo que supone un 13% de la población activa, compone a juicio de Roberto Sáez, presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Santander (COES), una "situación alarmante, cuando hace tan sólo dos años estábamos por debajo de la tasa del 10% de parados". En el mismo sentido se manifiestan los líderes de las dos centrales sindicales mayoritarias en la región: UGT y CC OO.

Malas comunicaciones

Cambiará, lo está haciendo ya, la situación en la asamblea regional, aunque no parece que ello vaya a influir en la estabilidad del Gobierno sustentado por el "pacto por Cantabria" suscrito por socialistas, socialdemócratas, regionalistas y disidentes centristas, debido al constante trasiego de diputados regionales, cuyo último exponente ha sido el paso al grupo mixto de once de los trece diputados con que contaba UCD en la Cámara regional.Algo que no preocupa en exceso al presidente del ejecutivo cántabro, Rodríguez Martínez, quien sin embargo no puede ocultar un cierto sonrojo al inventariar las carencias que en la infraestructura viaria sufre Cantabria. Deficientemente comunicada por el Sur, Este y Oeste, un simple accidente ferroviario como el ocurrido la pasada semana en la línea Palencia-Santander, convierte el viaje hacia Castilla en una temeraria aventura, con traslados y retrasos que se han prolongado durante varios días.

"Dicen que el ferrocarril Santander-Mediterráneo", apunta el presidente del Gobierno cántabro en torno a una de las reivindicaciones más sentidas y cuyo proyecto original se remonta a principios de siglo, no es rentable. Pites bien, hoy es el día que seguimos sin que el Gobierno nos enseñe los estudios que avalan esa opinión, pero es que tampoco se tienen en cuenta otros argumentos tan irriportantes o más que el rendimiento económico directo. Además", añade, "cómo se explica que se usen 15.000 millones de pesetas, que es lo que costaría terminar el ferrocarril, para apoyar a una empresa como Nervacero, que da trabajo a novecientas personas, pero que probablemente siga perdiendo dinero, y no se quiere apoyar el desarrollo de una región con medio millón de habitantes".

Prescindiendo del ferrocarril, secularmente reivindicado, nadie en Cantabria niega la necesidad inmediata de contar con una red de comunicaciones por tierra, mar y aire, actualmente escasa e infrautilizada.

En este panorama de recesión y dificiles encrucijadas con que Cantabria afronta la nueva legislatura, quizá sea la Universidad de Santander la excepción. La reciente puesta en marcha de la facultad de Derecho viene a completar el marco de enseñanzas impartidas hasta ahora, demasiado veladas en el campo de las ciencias.

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