Y si no voto, ¿qué?
El joven profesor Sádaba nos espeta, provocón, en EL PAIS de 7 de octubre: "Y si no voto, ¿qué?". Si no vota, nada. Líbreme Dios de intentar la violencia de convencerle de lo contrario desde mi escueto, aburrido y poco original sentido común. Haga lo que le dé la gana, como nos recomienda, que nadie le va a amenazar con la confiscación de su paga, como se hacía ante aquellas inefables votaciones de la democracia orgánica. Quédese tranquilo el nuevo filósofo en su casa, conserve su pureza, ¿revolucionaria?, bajo el celemín para mejor ocasión, que muchos nos envileceremos en las urnas tomando partido hasta mancharnos, para que él pueda seguir disfrutando de su posición y sirviéndonos admoniciones aderezadas de Kierkegaard, Kraus, urnas y orinales. Y como lo cortés no quita lo moctezuma, "antiguos revolucionarios y oportunistas del momento" seguiremos junto a él en la "crítica fecunda de la democracia", cuestionando "lo más negro" de ésta y además empujando por el cambio, para que nada se pare y por una izquierda ilusionada. Que así sea y así nos sea exigido./
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