Dejadme dormir
Servidor es un ciudadano normalejo, que si acaso tiene algo de extraordinario es el hecho de que paga en su momento todos los impuestos (directos, indirectos, circunstanciales, etcétera) y sufre la desgraciada necesidad de tener que levantarse todos los días a las seis de la madrugada.Pero resulta que cuando por la noche uno se acuesta con la nada halagüeña perspectiva de tener que levantarse a la hora antedicha, al cabo de un ratito le despierta una sinfonía de variopintos chiflidos a cual más estridente y distinto de los precedentes.
Cuando vuelve uno a conciliar el sueño, retorna otra vez el atropello decibélico, y así varias veces en la noche.
De sobra sabe servidor que la policía tiene sirenas, porque se las he comprado yo; que viste uniformes nuevos, porque me los han cargado a mí, y que está ahí para proteger mi libertad, porque para eso le pago su sueldo. Pero ¿es que no hay otra forma de perseguir a los cacos, camorristas y chorizos, nocturnos, en general, que no sea a base de chiflido limpio?/