5 muertos y 13 heridos al chocar un turismo y un microbús de la Guardia Civil en Gavà

Cinco muertos y trece heridos, uno de ellos en estado gravísimo, es el balance del accidente ocurrido ayer en Gavà (Barcelona), al chocar un microbús de la Guardia Civil contra un turismo. El choque se produjo poco antes de las ocho de la mañana en el cruce de la carretera B-210 con la avenida Beltrán i Güéll, en el término municipal de dicha localidad.El microbús de la Benemérita, en el que viajaban treinta guardias civiles, formaba parte de un convoy que se dirigía a un campo de tiro, cercano al lugar del siniestro. En el punto mencionado, conocido como el cruce de la Formo, donde se han registrado unos cien accidentes mortales en los últimos veinte años, colisionó con un turismo, Renault-5, ocupado por dos personas: José Ignacio Martínez Pérez y Armando Enrique Alvarez Martinez, de 26 años, argentino y domiciliado en Castelldefelds. El primero de ellos, que conducía el vehículo, resultó gravemente herido y se encuentra ingresado en la residencia Príncipe de España, en L' Hospitalet de Llobregat. El segundo falleció.

De los treinta guardias civiles que transportaba el microbús, cuatro murieron en el choque; trece resultaron heridos de importancia y otros dote recibieron heridas de diversa consideración.

El cabo Diego Vargas Quesada, casado y con dos hijos; el guardia segundo Esteban Asensio Rodríguez, casado y con un hijo; el guardia Gerardo García Ventura, también casado; y el conductor, Juan García Avila, fueron, junto al civil Armando Enrique Alvarez, las víctimas mortales del accidente.

Las causas la colisión son hasta el momento desconocidas. Al parecer, el turismo, de matrícula B-1.720P y portador de un remolque, no respetó una señal de stop y embistió contra el microbús, que dió una vuelta de campana.

Al poco de producirse el choque, se personaron en el lugar de los hechos el general de brigada, jefe de la IV zona de la Guardia Civil, Pérez Fernández y otras autoridades militares, junto al alcalde de Gavà, Antonio Rodriguez y numerosos vecinos que prestaron las primeras atenciones a los heridos.

El espectáculo que ofrecía el cruce de Formo parecía una visión de pesadilla. Uno de los cadáveres resultó decapitado a causa del choque y en un radio de 20 metros se extendían armas, cargadores y balas de diversos tipos.