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GALICIA

Un niño de 11 años, herido al estallar el detonante de una bomba en Pontevedra

La explosión de un artefacto colocado presuntamente por miembros del GRAPO junto al edificio de la Diputación Provincial de Pontevedra pudo haber provocado una auténtica tragedia si en lugar de estallar únicamente el detonante lo hubiera hecho también la carga compuesta por un kilo de explosivo, ya que cerca de 20 niños se encontraban en los alrededores. No obstante, uno de los pequeños resultó herido al estallar en su mano el detonante.

Según el parte médico facilitado ayer en la residencia de la seguridad Social de Pontevedra, el niño, José Luis Cobas Macías, de 11 años, presenta erosiones múltiples por metralla en la cara, región anterior del cuello y tórax, con intensos destrozos en partes blandas de la mano izquierda que afectan a los dedos pulgar e índice, así como múltiples cuerpos extraños por metralla. Existe un alto riesgo de complicaciones derivado de la infección, necrosis y gran daño bascular sin que se descarte la posibilidad de que haya que amputarle los dos dedos afectados.

"Vamos a llevar este reloj a casa"

José Luis Cobas jugaba con su hermano Pablo cuando encontró el artefacto. "Vamos a llevar este reloj a casa para que papá lo vea", dijo y avanzó con la bomba unos 150 metros, produciéndose entonces la explosión.El niño herido tiene otros cinco hermanos, estudia Enseñanza General Básica en el centro Príncipe Felipe y es fundamentalmente tímido, siendo el hermano que le acompañaba el que suele llevar la iniciativa. Tiene una especial afición a armar y desarmar cosas y esto explica su interés en llevar para casa lo que creía un reloj, ajeno por completo a que realmente tenía ante sí una bomba que se supone obra del GRAPO y contenía un kilo de explosivo.

Su padre, Camilo Cobas, de 52 años, oficial administrativo de primera en una fábrica de cerámica de Ponte Sampallo, aún consternado por el suceso, declaró que dentro de la lógica preocupación había motivo de consuelo pensando que todo pudo haber concluido en un sangriento final.

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