El optimismo de nacionalistas y socialistas domina el comienzo de la campaña en Cataluña
Entre el optimismo del partido de los socialistas catalanes y el de Jordi Pujol, con algunos optimismos menores, como los de Esquerra Republicana, y con la colocación masiva de carteles en las paredes de las principales poblaciones, fundamentalmente en Barcelona, a las cero horas de ayer arrancó la máquina electoral en Cataluña.
Las impresiones optimistas están fundamentadas en sendas encuestas que obran en poder de las dos principales formaciones que se disputan los votos del electorado propio, PSC y CiU, ambas pletóricas de potenciales diputados. Casi en susurros, para evitar que los ciudadanos que simpatizan con la ideología socialista se confíen, dirigentes máximos del Partit dels Socialistes de Catalunya hablaban de obtener un 34 por ciento, casi cinco puntos más que en las elecciones legislativas de 1979, y unos diez de aumento sobre los resultados de los comicios autonómicos de 1980, cuando los socialistas perdieron ante Jordi Pujol la presidencia de la Generalitat.Canaletas fue una fiesta. La fuente que representa uno de los símbolos más populares de la capital catalana vio desfilar en la pasada madrugada a los números uno de prácticamente todas las fuerzas que concurren a las urnas. Algunos, como el primer candidato de AP, Miquel Angel Planas, trataba infructuosamente de colgar un cartel con la efigie de Manuel Fraga en el tronco de un árbol. "Fraga se resiste a ser colgado", comentó irónicamente un candidato de Centristes de Catalunya-UCD.
Esta inexperiencia en el trabajo militante se cebó también en los dirigentes de centro y en los de Convergència: ni unos, ni otros llevaban la cola necesaria para enganchar los reclamos electorales. Debieron pedirla prestada a ERC, que a regañadientes se la cedió. Al convergente Molins se le caía el cartel con la efigie de Miquel Roca, quien a su vez colocó de madrugada sus propias fotografías echando mano, en cuclillas, de pegamento y brocha. A Senillosa, voluntarioso y puntual en la medianoche, le falló el equipo, y más tuvo que hacer de espectador que de militante activo; al final echó mano del famoso spray y llenó de siglas suaristas las paredes.
Los incidentes al inicio de la campaña electoral en Cataluña han sido mínimos. Tres personas fueron retenidas por la policía municipal en la población tarraconense de Flix, cuando se dedicaban a pintar indiscriminadamente cruces gamadas y signos de carácter fascista. Varias denuncias, sin embargo, fueron presentadas ante las Juntas Electorales contra algunas candidaturas, por supuestos incumplimientos de la legislación electoral. El Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC) denunció a los socialistas, por anticiparse en la colocación delas vallas publicitarias. El PSC, a su vez, denunció a CiU, por afirmar que Minoría Catalana era el único grupo parlamentario catalán en Madrid, negando así la existencia del de los socialistas catalanes. En Sant Feliu de Llobregat también fue denunciada CiU, por apropiarse de espacios reservados.
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