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Ofensiva diplomática soviética hacia su flanco asiático

La reanudacion -después de un paréntesis de tres años- de las conversaciones ruso-chinas en Pekín está siendo acompañada por una intensa actividad diplomática soviética volcada hacia el continente asiático. Ayer, el jefe de Estado de Vietnam, Truorig Chinh, inició una serie de conversaciones en el Kremlin con su colega León¡das Breznev. Ambos -según informó anoche la agencia oficial Tass- se mostraron de acuerdo en normalizar sus relaciones con la República Popular China.El apoyo soviético a Vietnam -país rival de China- es uno de los principales obstáculos que han enrarecido las relaciones entre Moscú y Pekín. Ningún observador piensa que el Kremlin esté dispuesto a disminuir este respaldo, pero no habría que descartar que al menos trate de aliviar las tensiones para facilitar así sus relaciones con China.

La decisión vietnamita de retirar parte de sus tropas de Camboya -hecha pública el pasado mes de julio- fue acogida con agrado por Moscú. Algunos analistas creían ya entonces que el Kremlin había sugerido esta retirada, que le podría servir de guiño amistoso hacia Pekín.

El líder vietnamita Truong Chinh llegó a Moscú el lunes, menos de una semana después de que iniciara su visita otro dirigente indochino, el primer ministro de Laos, Keysone Phonivihane. Diferentes autoridades asiáticas han ido celebrando entrevistas en el Kremlin durante las pasadas semanas: el viceminístro de Asuntos Exteriores paquistaní, el ministro de Asuntos Exteriores de Afganistán, la primera ministra india, etcétera.

Ofensiva diplomática

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Esta ofensiva diplomática asiática parece haber servido de aperitivo para las conversaciones rusochinas, que, por cierto, aún no han sido anunciadas por los soviéticos. Curiosamente, hasta el calendario de esta ofensiva diplomática parece responder al programa de los contenciosos que dividen a Moscú y Pekín.

Primero desfilaron por el Kremlin aquellos que estaban interesados de algún modo en el problema de Afganistán: afganos, paquistaníes, indios y el secretario y vicesecretario general de la ONU. Ahora parece haberle tocado el turno a la cuestión indochina.

Pekín, como se recordará, suspendió sus conversaciones con Moscú justo después de que los soviéticos invadieran Afganistán. Igualmente, el régimen chino se mostró en desacuerdo con la intervención vietnamita en Camboya, y sus relaciones con el Gobierno de Ho Chi Minh (antes Saigón) siguen siendo tensas. Hasta pocos días antes de que se conociera la reanudación del diálogo ruso-chino, la Prensa de la URSS no escatimaba las informaciones sobre los frecuentes incidentes fronterizos chino-soviéticos.

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