Andreotti desmiente las acusaciones de la viuda de Aldo Moro
El líder democristiano Giulio Andreotti ha desmentido ante el tribunal que está juzgando en Roma a los presuntos responsables del asesinato de Aldo Moro todas las acusaciones formuladas por la viuda de éste, en el sentido de que los dirigentes de la DC no se habían esforzado por salvar la vida de su marido. Andreotti afirmó que la familia del dirigente asesinado mantuvo contactos con las Brigadas Rojas.En el proceso sobre el asesinato de Moro y los cuatro agentes de su escolta están desfilando los últimos testigos convocados por los jueces. Se trata de los políticos de primera plana que en aquel momento representaban las dos tendencias opuestas: la de la llamada firmeza, en defensa del Estado, que se negó a negociar con las Brigadas Rojas alegando que esto hubiera significado su reconocimiento político, y el partido de las negociaciones, o línea humanitaria, que insistía en que, mientras el concepto de Estado es algo abstracto, la vida de Aldo Moro era una cosa concreta y preciosa que era necesario salvar.
En esta última línea estaba, sobre todo, el partido socialista, el cual -como dijo ayer su secretario, Bettino Craxi, ante los jueces- en realidad no se apartó de la postura de firmeza de los demás partidos del Gobierno, pero buscó hasta el último momento la forma de conciliarla con el sentido humanitario.
Entre los partidarios de la firmeza estaban, paradójicamente, sobre todo los compañeros de Aldo Moro, los democristianos. Y entre ellos y la familia de Moro se desencadenó ya entonces una lucha sorda.
Giulio Andreotti, uno de los personajes de mayor relieve de la Democracia Cristiana, entonces presidente del Consejo de Ministros y que fue uno de los más duramente denunciados por Aldo Moro en sus caritas desde la prisión brigadista, desmintió una por una las afirmaciones que la viuda de Moro había hecho ante los jueces. Y la pregunta ante este hecho grave es obvia: ¿mentía la esposa de Moro o miente Andreotti?
Según el líder democristiano, no es verdad que Moro temiera un atentado: "Lo conocía muy íntimamente", dijo Andreotti, "y no hubiera dejado de confiarme sus impresiones". Tampoco es verdad que se le negara un coche blindado. Andreotti asegura que le ofreció el suyo y que no lo aceptó. Y es que, dijo, normalmente los chóferes no quieren estos coches, porque son pesados e incómodos de conducir.
Pero lo más grave de las declaraciones de Andreotti es que ha dado a entender que la familia Moro tuvo siempre canales de comunicación con las Brigadas Rojas y no advirtió de ello a la magistratura. Más aún, ha hablado de una negociación de una de las hijas de Moro con un magistrado de Bolonia para que aceptara presentarse como abogado defensor de su padre en el proceso que le estaban haciendo sus carceleros.
Y por lo que se refiere a las cartas escritas por Moro, Andreotti afirma que "no eran suyas".
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