Pes Pérez: "Nunca se nos había dado tanta importancia"
"Nunca, hasta ahora, se nos había dado tanta importancia". Las palabras de José Donato Pes Pérez, colegiado aragonés de 39 años, que el próximo domingo dirigirá al líder Real Madrid en Sarriá, suenan poderosas y contundentes. Está rodeado de alta fidelidad por todas partes, mientras cuatro televisores ofrecen frente a él y gracias a otros tantos vídeos algunos partidos del pasado Mundial.
Pes Pérez vive de eso. De los vídeos, la alta fidelidad y los televisores, de la firma JVC, que posee un importante stand en Sonimag, certamen inaugurado el pasado lunes en Barcelona. El colegiado maño, que goza de gran prestigio entre sus compañeros, jugadores, directivos y críticos, declaró a EL PAI S que "ésta será mi sexta temporada en Primera División y, por vez primera descubro una importancia en nuestro trabajo que no he visto hasta ahora. Lo que sucede, aunque eso sea difícil de reconocer por amplios sectores del fútbol, es que, en este principio liguero, un grupo importante de clubes no está respondiendo a lo previsto".La explosión de las primeras jornadas de la Liga 1982-1983, su dureza y deficientes arbitrajes no alarman a Pes Pérez: "El arbitraje es, única y exclusivamente, un problema de interpretación del reglamento, de criterio personal. Podemos pasarnos el año realizando reuniones para equiparar criterios, pero eso no sirve de mucho. Es sobre el campo cuando se aprecia la diferencia entre el árbitro regular y bueno. Durante noventa minutos y en decisiones, que debes tomar en un segundo, tienes que saber definir lo que es juego duro, peligroso y violento. Para mí, el duro es la antesala del peligroso y, a través de éste, se llega al violento. La diferencia, por supuesto, la marca un criterio. Lo que a ti te parece violento, para mí puede ser peligroso. No hay una barrera, algo que delimite las diferencias, es tu criterio quien decide en milésimas de segundo. Es ahí donde existen diferentes tipos de árbitros".
Respetar el espectáculo
Las últimas jornadas han demostrado que muchos árbitros continúan sin saber utilizar la tarjeta amarilla para hacerse con el partido, evitando, sobre todo, el juego violento. Para Pes Pérez "es primordial saber aplicar la tarjeta en el momento preciso. Importantísimo. La tarjeta es, sin duda, uno de los mejores inventos del fútbol, uno de nuestros mejores aliados y su utilización es una de las facetas más difíciles del árbitro, pero también la que te ofrece la posibilidad de tener un partido tranquilo y correcto. Los ingleses, inventores del fútbol, van a volver a utilizarlas".Esas tarjetas son las que deben servir para marginar el antifútbol.
"La misión del árbitro", continúa Pes Pérez, "es proteger el espectáculo. Estamos sobre el campo para que el público vea el mejor espectáculo posible. A mí me gusta el fútbol espectáculo y nosotros debemos ayudar a que triunfe el juego bello, sancionando todo lo que sea antifútbol.
Contra la profesionalidad
El colegiado aragonés considera que "cada vez es mayor la presión que se vive en un terreno de juego, aunque yo pienso que afecta más al jugador que al colegiado". En este sentido, Pes Pérez quiere hacer una crítica a determinados medios informativos, que "suelen calentar el ambiente durante los días que preceden a un gran choque. La semana que antecedió al Zaragoza-Real Madrid, el pasado 18 de septiembre, fue lamentable en este sentido, porque determinada emisora estuvo calentando el ambiente en contra de Stielike. El público, evidentemente, que oye la radio, lee periódicos y ve la televisión, llegó al campo con ganas de meterse con el jugador alemán y eso no es correcto, ni deportivo. Pes Pérez cree que no existe una fórmula ideal para resolver los problemas arbitrales. ¿La solución sería la profesionalidad del árbitro?: "No, no, ni hablar. Si Pes Pérez tuviera un sueldo mensual de 300.000 pesetas, dependiendo su cocido de esa cantidad, eso significaría que el señor más poderoso podría poner en tela de juicio su salario. Eso no quiere decir que me conforme con las 15.000 pesetas por partido, pues es una cifra pequeña para el sacrificio que hacemos con el fin de. estar en forma el domingo. Pero yo no cambio la libertad que tengo a la hora de arbitrar por el mayor sueldo del mundo. Esa tranquilidad de saber que tu cocido no depende de tu arbitraje es impagable. Yo sé que el día que quiera me iré y después no me moriré de hambre".
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