Melodrama de larga duracion
Tras el sensacional éxito de Lo que el viento se llevó, MetroGoldwyn-Mayer intenta varias veces repetir la operación con otra producción de similares características, pero nunca lo consigue. Uno de sus mayores fracasos es El árbol de la vida (1958), donde parte de un gran novelón de Ross Lockridge para dar una nueva visión de la guerra civil norteamericana.Más allá de las batallas, los bailes de etiqueta, los suntuosos barcos fluviales, los burdeles, manicomios y grandes mansiones decadentes, así como de la sucesión de nacimientos y muertes, El árbol de la vida es una superproducción donde pesan más las largas escenas de diálogo que los dólares invertidos en ella. Por otro lado, la historia de las dos mujeres, una rubia y buena (Eva Marie Saint) y otra morena y mala (Elizabeth Taylor), que se disputan un hombre (Montgomery Clift) a lo largo de más de dos horas y media resulta demasiado aburrida y llena de tópicos para captar la atención del espectador.
La culpabilidad del poco atractivo resultado hay que repartirla a partes iguales entre David Lewis, el productor encargado por Metro-Goldwyn-Mayer del proyecto; Millard Kaufman, el guionista que no sabe articular las casi mil páginas del original en una resumida historia, y Edward Dmytryk, un director demasiado valorado en sus comienzos que tiene una triste actuación ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas y cuya segunda parte de su carrera está dirigida hacia un éxito comercial que nunca consigue.
El máximo atractivo de El árbol de la vida está en sus intérpretes: un Montgomery Clift todavía poseedor del misterio de sus mejores años, una Elizabeth Taylor al borde de la gordura y que deja por primera vez sus papeles de inocente y una Eva Marie Saint en su corta etapa de estrella.
El árbol de la vida se emite hoy, aproximadamente a las 23.30 horas, por la primera cadena.
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