Rectificación histórica
Eduardo Barrenechea, en un artículo titulado La Mancha, satélite del Gobierno central, publicado en EL PAIS del 13 de septiembre, concluye diciendo: "A uno este caso le recuerda un viejo hecho histórico: cuando, reunidas las Cortes Generales del Reino de las Españas (sic), fueron hablando uno por uno los representantes de los distintos reinos: Aragón, León, Galicia, etcétera, y le llegó el turno al representante de Castilla, el rey se levantó y dijo: 'Por Castilla hablaré yo'. Allí (y desde hace siglos) se acabó por acallar, amordazar y postrar a Castilla".Aunque el texto es corto merecería una larga refutación. O quizá no la merece; bastaría leerse un manualito de historia de España para saber que Castilla tuvo siempre primacía en las Cortes (trece votos entre dieciocho) y que la intervención real a la que de forma tan desfigurada que resulta caricaturesca alude probablemente Eduardo Barrenechea consistió en dirimir la competencia entre Burgos y Toledo por el privilegio de hablar en primer lugar: "Toledo hablará cuando yo lo mande. Hable Burgos". Esta era la fórmula estereotipada que, para solucionar un conflicto de etiqueta, se repetía al principio de cada legislatura. Y hablaban los procuradores de Burgos, y luego los de Toledo, y los de Madrid, y los de Guadalajara, y los de Sevilla... Los que no hablaban eran los de Extremadura o Asturias, que eran las verdaderas marginadas por su falta de representación. Esta es la verdad de los hechos. Si Eduardo Barrenechea tiene otras fuentes de información, los historiadores agradeceríamos que remediara nuestra ignorancia /
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de la Real Academia de la Historia.
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